Hay muchos fanáticos que aluden a una conspiración reptiliana neocon y lloran porque la falta de compradores de Público es un ataque a la libertad de expresión y no sé qué más desvaríos. Si no vendes tu producto, no eches la culpa a los demás. No busques excusas, ni desvíes la atención: aprende de tus errores, aprende de los aciertos de tu competencia y mejora tus ventas.
Bueno, dije que nos daba igual pero hay un aspecto que sí debe alegrarnos: los que no leemos Público en papel, estábamos obligados a estar suscritos. Eso sí es motivo de alegría.
También veo mucha confusión sobre el "cierre". Público no cierra, sigue en internet. Mientras los medios en papel, ideales para leer noticias de ayer y envolver el pescado, evidencian una crisis sistémica; los diarios digitales, más cómodos, más inmediatos, con más contenidos, mejor actualizados y con más opiniones que dan lugar a debates, con posibilidad de tener una hemeroteca digitalizada y mantener conversaciones con otros lectores, etc., siguen manteniendo el tipo (aunque encorsetados por regulaciones que se quedan desactualizadas nada más publicarse, infravalorados por directivos sin capacitación técnica, menoscabados por currantes resistentes al cambio y en general afectados por problemas de monetización). Este debate, junto al de los contenidos, que es el que orbita sobre el cierre de Público y tantos otros medios, es el importante.
Periodistas 21: Los medios convencionales crecen más en internet
Mucho se ha escrito y se seguirá escribiendo sobre el futuro de la prensa. El cambio de soporte conlleva una evolución de la que ya se van aprendiendo cosas: la política de suscripciones, la estrategia de participación de los prosumidores (comsumidores-productores), cómo se lo llevan crudo gurús que no tienen formación técnica y lo intentan suplir con mercadotecnia de cafetería (y que encima usan palabros como "prosumidor"), etc.Alguno dirá que el futuro está en Internet. Error: Internet es el presente. El futuro pasa por los formatos y las estrategias de participación y fidelización, es decir, temas derivados del presente. Mientras los que ponen la pasta no vean esto, seguiremos asistiendo al cierre de más medios tradicionales.
¿Quiere esto decir que los medios tradicionales tienen sus días contados? Por supuesto que no. La evolución del modelo de difusión y la técnica, hacen que deban cambiar su estrategia. La prensa ya no puede salir a la calle repicando notas de prensa fácilmente consultables por la red. Sus contenidos, en mi opinión, deben tender hacia el insight: no tanto dar noticias como hacer reportajes que expliquen las noticias. La periodicidad diaria es algo que empieza a dejar de tener sentido frente a la inmediatez de la red. El hecho de que miles de personas sean una posible fuente de noticias o de opiniones, constituye una nueva competencia sin rostro que los medios deben tener presentes. Despreciarla o subestimarla, es una mala política. Los medios que quieran liderar y vender, tendrán que tener presente a ese anónimo usuario que pone en cuestión la autoridad, el contenido o la objetividad de una noticia. La (mal) llamada "democratización del periodismo" pone sobre la mesa nuevos retos como la hiperespecialización de muchos individuos, que, en el mar de noticias, pueden tumbar sin esfuerzo lo escrito por periodistas sin formación especializada.
Otro reto de la prensa convencional es que puede caer en la trampa de confundirse y mezclarse con ese "periodismo ciudadano". Un periodista que publica una noticia debe distinguir la noticia del panfletismo o la opinión y el "periodista ciudadano" debe a su vez conocer sus límites. Esto ya es entrar en el terreno deontológico y moral de cada uno, pero no debe obviarse en este debate.
Más:
- [PDF] Revolcón 2.0 del periodismo - Juan Varela