Revista Ilustración
En el PSOE están molestos con Elena Salgado porque va en contra de su imagen progresista. Esta frase, que resume perfectamente la carga izquierdista del socialismo español, apareció ayer en los medios de comunicación. A estas alturas de la película ya nadie se cree el disfraz de personajes como Elena Salgado que, simplemente, ha decidido poner punto y final a su aventura política y dedicarse a lo que realmente le interesa: ganar dinero. No entiendo por qué se ha criticado tanto a la ex-ministra de economía, la mano derecha de ZP en el manido asunto de los recortes del 2010, cuando España estuvo al borde mismo del colapso, simplemente porque no quiere vivir del subsidio, bueno, sí quiere, pero además del generoso sueldo que una de las mutinacionales españolas le dará a partir de ahora por su sabio consejo. Se trata de una mujer inteligente, pues sus consejos cuestan un dineral. Algunos han escrito en Twitter que ya podía haber aconsejado tan brillantemente a Zapatero durante sus últimos años de Gobierno, obviando que en realidad lo hizo, que a ella no le pagábamos para hacer las cosas correctas de cara al ciudadano, sino de cara a sus jefes. Y sus jefes ahora la premian con un sillón en un Consejo de Administración. Y encima en Chile, uno de los países más hermosos del mundo. No la critiquen, en el fondo, simplemente, le tienen envidia.