Según un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry, en la depresión postparto se pueden encontrar factores fisiológicos que explican este problema, ya que podría haber marcadores hormonales y una cierta predisposición genética. La hipótesis de partida de los autores es que la predisposición al riesgo de depresión postparto se debe a una alteración de la sensibilidad a los cambios epigenéticos mediada por estrógenos que actúan de una manera autónoma celular detectable en la sangre.
Según otro estudio realizado por Jadresic otras causas de la depresión postparto apuntan a la fluctuación de los esteroides gonadales para explicar esta mayor predisposición hacia la depresión, sin dejar de lado la importancia de los factores psicosociales, por la tendencia que tiene la mujer a compatibilizar el rol profesional con el maternal y otra serie de elementos condicionados por la cultura, como por ejemplo, la inhibición de la agresión. Los esteroides gonadales, estrógeno y progesterona, participan en la génesis de la depresión por un efecto directo en algunas áreas del sistema nervioso central, como hipotálamo, hipófisis, sistema límbico y corteza cerebral. Según este autor no hay ningún período en la vida de la mujer en que tenga más riesgo de enfermar de enfermedades psiquiátricas que en los 30 días que siguen al período post parto, lo que transforma al hecho de dar a luz en la causa más frecuente de depresión médica, hecho que con frecuencia es ignorado.
Después del parto se pueden dar cuadros clínicos de disforia post-parto consistente en cambios del estado anímico con ansiedad, irritabilidad e insomnio (causado por la disminución brusca de los niveles de estrógenos y progesterona hasta los valores previos al embarazo), depresión postparto y psicosis que son los cuadros más graves caracterizados por síntomas de agitación psicomotora, actividad psicótica, delirios y alucinaciones.
La depresión posparto corresponde a una enfermedad depresiva que ocurre en mujeres en un período específico, el puerperio. Se caracteriza por una tendencia al llanto fácil, irritabilidad, por la presencia de sentimientos de culpa y obsesivos-compulsivos, por un rechazo hacia el recién nacido o bien reticencia a asumir su cuidado y por pérdida de la líbido (Rojas, G.).
En la depresión postparto intervienen varias variables como el antecedente previo de depresión, conflictos de pareja, eventos vitales y apoyo social insuficiente.
Según esta última autora, Rojas, los antecedentes de estas mujeres revelan que un porcentaje importante de ellas presentan cuadros depresivos recurrentes y, por lo tanto, debieran ser tratadas en un programa más estructurado de la depresión que permita un seguimiento más estricto, con el objetivo de evitar sus recaídas y la transformación de la enfermedad en un cuadro crónico, lo que a su vez influye en una mala calidad de vida.