Revista Educación

¿Qué debemos cambiar en la educación? Educar a través de la confianza vs la culpa.

Por Jorge Prioretti @priotty

La escuela es un ámbito que a veces se vuelve crítico es las relaciones. ¿Quizás porque la edad adolescente, con sus crisis, nos envuelven? ¿Por qué hay que lograr objetivos que no se alcanzan? ¿Por nuestro rol, que debemos calificar, promover, sancionar, entre otros? Elementos que siempre traen conflictos y la culpa la tiene el otro:

  • Directivo - docentes.
  • Entre docentes
  • Docentes - alumnos
  • Padres - docentes

Por ello, se suscitan sentimientos de culpa.

Ver artículo 1. La culpa usada como una manera de corregir defectos de conducta https://inclusioncalidadeducativa.wordpress.com/2016/06/16/confianza-vs-culpa-en-la-educacion/

En este caso nos referimos a la culpa como una temática, que subsiste desde hace tiempo (mucho tiempo) que sirve para corregir, mejorar, educar al alumno sus malos comportamientos.

Pero educar sus comportamientos considerando, generalmente, por lo que hace mal originando este sentimiento de culpa. Es decir, consideramos como prioritario lo que hace mal y si esto repetido periódicamente genera este sentimiento que carcome y genera perjuicios, a veces, irreparables.

Vamos por este lado, teológicamente, según este aspecto cada persona es " imagen y semejanza de Dios", es decir, imagen del bien ... pero la continua carga de culpa que originamos como educadores por faltas del educando este se convierte y se vive como "imagen del mal". Lo anteriormente afirmado repercute de tal manera que el daño es irreparable y las posibilidades de cambiar (que es nuestro objetivo) se reduce significativamente ... De vos no se puede esperar otra cosa ... En vez de lograr una con-versión logramos lo contrario ... No sirvo para ser bueno ... no puedo cambiar

Por ahora, sintetizamos lo siguiente: generalmente marcamos el mal comportamiento, genera sentimiento de culpa, recriminación, destrucción de la autoestima, desvalorización, entre otros

¿Qué debemos cambiar en la educación? Educar a través de la confianza vs la culpa.

Según lo afirmado, y dejando de lado lo teológico, veremos esto desde otro punto de vista, lo psicológico.

Nuestra autoestima y autovaloración se desarrolla desde nuestra niñez. Las afirmaciones de nuestros padres, docentes, familiares, hermanos, entre otros que marcan generalmente lo malo van ayudando a conformar en cuanto nos valoramos y nos queremos.

Podemos recordar algunos ejemplos como:

  • ¡Qué desordenado sos!
  • ¡Eres malo para las matemáticas!
  • ¡No servís para tal cosa!

En estos ejemplos vemos como se afirma algo malo sobre nuestro parte de nuestro ser. Nuestro mal comportamiento es algo estructural y no sobre nuestro actuar. Lo correcto sería decir:

2. El sentimiento de culpa.
  • ¡Qué desorden hay en tu habitación! ¡Si ordenas tu habitación!
  • ¡Necesitas dedicarte más en matemáticas, vos podes hacerlo! Confío en vos
  • ¡Mira todo lo bueno que podes hacer!

El sentimiento de culpa es una de las emociones más destructivas, tanto si es por algo que hemos hecho como por algo que no hemos sido capaces de hacer. Es evidente que hemos cometido errores en el pasado, pero muchas veces son transferencia del otro para quitarse responsabilidad y cargarla en el prójimo. Recordar los errores del pasado, es útil sólo cuando aprendemos de ellos. Mirar atrás para aumentar el sentimiento de culpa supone un gran derroche de energía y es destructor. Es como un cáncer que carcome desde adentro y lleva a inutilizar a la persona, baja nuestra autoestima y autovaloración.

El sentimiento de culpa es la sensación interna permanente de haber hecho algo malo, de ser mala persona, de hacer daño a los demás, de haber infringido alguna ley, principio ético o norma, tanto en situaciones reales como imaginarias, produciendo un malestar continuo.

El sentimiento de culpa se puede manifestar físicamente, es decir lo somatizamos, haciéndose visible, mediante cefaleas, dolores estomacales, vómitos, tensión muscular, etc. En los casos más graves la apatía se hará manifiesta en nosotros.

3. La confianza y comprensión como medio de educación de conducta.

La culpa se manifiesta muchas veces a través de la depresión y la ansiedad o se experimenta como remordimiento, autorreproche y sentimiento de indignidad personal.

Todo es cuestión de confianza. Sin ella no podemos convivir y menos incluir. Toda nuestra existencia gira en torno a la confianza/desconfianza en los otros y con los tros, también, en nosotros mismos.

Con-fiar, es decir tener fe con. Fe del potencial del otro y viceversa. Fe del potencial del otro, pero no dejarlo solo, yo te ayudo y viceversa.

La confianza es una poderosa energía. Se apoya en la firme esperanza y proporciona seguridad, optimismo, bienestar y alegría. La confianza nos hace más fuertes, más libres y también mejores. Por el contrario, la culpa lleva al recelo, al temor, al malestar y a la insatisfacción La culpa nos reprime, no nos deja actuar, dificulta que tomemos iniciativas, nos paraliza, sufrimos.

Para sobrevivir, el ser humano tuvo que aprender a confiar en el otro. El vínculo social explica nuestro desarrollo, y esa unión se fundamenta en la mutua confianza.

El indefenso recién nacido enseguida experimenta que necesita de los otros, de los adultos. De ellos espera todo. Si le enseñan apoyándolo, el niño crecerá con confianza en sí mismo y en los demás. Por el contrario, los niños que son reprimidos y castigados de forma arbitraria, aquellos que no sienten el afecto, suelen convertirse en adultos inseguros y recelosos. Y esto, se propaga posteriormente en los ámbitos donde nos relacionamos.

Si a una persona se le repiten mensajes como: "no sirves", "eres torpe" o "eres malo" se acabará con su autoestima. Claro que tampoco es bueno el extremo opuesto: no es bueno decir que todo es de color de rosa, ya que todos nos equivocamos. La personalidad equilibrada, el individuo seguro de sí mismo y básicamente adaptado al entorno, se forma cuando es socializado mostrando que la realidad es compleja, que es fuente de satisfacciones y de sufrimientos, y que los seres humanos podemos ser capaces de comportamientos solidarios y egoístas, del bien y del mal.

Vamos a poner un ejemplo que sirve para que una persona se autosupere y logre niveles de excelencia. Este es el ejemplo en el deporte de alto nivel.

Un buen entrenador no marca, en primer lugar, los defectos o deficiencia de sus atletas. En primer lugar, deben contar con buenas habilidades comunicativas. Pero el buen entrenador se apoya sobre la confianza de la potencialidad de sus atletas:

  • Confío en vos.
  • Vos podes.
  • Te confianza que te superarás.
  • No importa ... inténtalo de nuevo.
  • Ya lo lograrás ... paciencia, confianza que podes.
  • Entre otros.
Esto no significa que no se marque lo negativo y lo que debe mejorar. Pero el entrenador no lo hace con sentido recriminativo sino que le indica como lo debe mejorar y corregir su técnica (comportamiento) sin generar un sentimiento de culpa

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