Muchos libros acaban adaptados al cine o a series de televisión. Y suele considerarse que estas adaptaciones van en detrimento de la lectura de las obras originales.
Pero no siempre sucede así. A veces, la fugaz aparición de un libro en una serie de culto o en un película de éxito ha producido un inusitado interés por la obra o por su autor.
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Dudo mucho que aumentaran la demanda y los índices de lectura del Ulises de James Joyce por el hecho de que Marilyn Monroe apareciera leyéndolo en la portada de una conocida revista literara.
Lo que sí está claro es que, además de las adaptaciones constantes al cine y a series de TV de novelas más o menos exitosas (algunas de las cuales, de dudosa calidad, se reeditan una y otra vez como consecuencia de su éxito en las pantallas), se producen influencias en sentido contrario.
Un libro aparece en manos de un personaje de una serie de culto o de una película de éxito y eso provoca un interés inusitado por ese libro o por su autor, aun cuando se trate de alguna rareza o un simple guiño.
De otros, en cambio, recordamos solo la escena pero no sabemos nada sobre el libro o autor en cuestión.
Veamos algunos ejemplos que han pasado
a formar parte de las bibliotecas de la memoria de mucha gente y que han contribuido a sacar del anonimato o a "consagrar" a algunos libros.
Todos ellos gracias al efecto de la televisión o el cine. Y es que, a veces, la lectura también se ve beneficiada por la influencia de aquellos a quienes se suele considerar sus enemigos.
• LOS SIMPSON
Los hermanos Karamazov, de Dovstoievski.
No me imagino a los fans de los Simpson, que son legión, invadiendo las librerías en busca de las obras de Dovstoievski por mucho que Lisa lo lea.
Ni de Dovstoievski ni de ninguno de los autores que se le ve leer en algún momento.
Pero Lisa es el contrapunto perfecto del gañán, zafio y cervecero de su padre, Homer, nombre que, como quizá todo el mundo sabe, está inspirado en el clásico Homero.
• EL NOMBRE DE LA ROSA
El Segundo libro de la poética de Aristóteles.
Protagonista inanimado de El nombre de la Rosa, de Umberto Eco, no se conserva ningún ejemplar y la única referencia que tenemos de él es el Tractatus Coislinianus, un tratado del siglo X.
Muchos libros, tratados, estudios clásicos… se perdieron durante la Edad Media; otros, seguramente, se perdieron en la Biblioteca de Alejandría. En todo caso, un libro perdido resucitado por la literatura y el cine.
Y aunque Aristóteles en hueso duro de roer, sí les recomiendo que investiguen un poco sobre el tema; o en su defecto, que lean la novela, suponiendo que no lo hayan hecho ya.
• MATRIX
Simulacro y simulación de Jean Baudrillard.
Apostaría a que (casi) nadie sabía de su existencia hasta el estreno de la película Matrix, de los hermanos Wachowski.
Neo ha hecho un "intercambio comercial" e introduce el dinero obtenido en una caja que es en realidad un libro vacío.
¿Qué libro? Se ve fugazmente justo antes de que Neo acepte el consejo de seguir al conejo blanco.
Dedemos suponer que Neo no había leído ese libro, teniendo en cuenta que estaba hueco y lo usaba como caja de caudales. Pero es un guiño de los hermanos Wachowski, que siempre admitieron la deuda contraida con Baudrillard a la hora de preparar el guión de la película.
• AMANECE QUE NO ES POCO
Luz de agosto de William Faulkner y
Ada o el ardor, de Vladimir Navokov.
Ambas novelas tienen una aparición estelar en Amanece que no es poco, de José Luis Cuerda.
No sabemos si la "verdadera devoción" que le tienen a Fulkner en ese pueblo de la sierra de Albacete se ha traducido en ventas en el resto del país (yo, particularmente, lo regalé hace poco); o si la obra de Navokov es más leída ahora que antes del estreno de la película.
Pero no me negarán que son dos obras y dos autores que han entrado de lleno en el acervo literario de muchos cinéfilos.
• OPERACIÓN SWORDFISH
¿Qué lee Halle Berry en Operación Swordfish?
En la película no se llega a ver porque la actriz tapa convenientemente la portada con sus brazos.
Podemos
deducir que, en realidad, a los guionistas les daban igual los gustos
literarios de la protagonista; y estoy (casi) seguro de que a la mayoría
de los espectadores también les da igual este irrelevante detalle
cuando, unos instantes después, aparta del libro y nos muestra algo
mucho más "edificante".
Lo que no sabemos es qué efecto editorial habría podido tener la escena de tratarse de un libro "real".
Pero ahí dejo la idea por si algún productor cinematográfico quiere buscar financiación entre los grandes grupos editoriales.
• PULP FICTION
Las aventuras de Modesty Blaise.
John Travolta, en una de las historia cruzadas de Pulp Fiction, se encuentra plácidamente sentado en el retrete momentos antes de… (por si no has visto la película no te contaré lo que sucede a continuación).
Como mucha gente en las mismas circunstancias, está leyendo. No sabemos si como remedio para el estreñimiento o como consecuencia de él. Así que, mientras se entrega a tan poco heróica tarea (la de estar sentado en el retrete, no la de leer) se entretiene con…
… las hazañas
de Modesty Blaise, una extraordinaria y exhuberante joven de pasado
criminal, que comenzó sus andanzas como tira de prensa en 1963. De ahí pasó a la literatura y al cine, y Quentin Tarantino le concede este modesto homenaje, como forma, esta vez sí, de complementar al personaje que interpreta Travolta.
Tampoco tenemos datos acerca de si la Biblia (que es el libro más vendido y, dicen, el más leído) experimentó un pico en sus ventas después de que el libro de Ezequiel tuviera también su papel en la película, en concreto Ezequiel 25:17.
• EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS
Hojas de hierba, de Walt Whitman.
El Club de los poetas muertos es una de esas películas que deberían ser obligatorias en las clases de literatura de Bachillerato. Me dirán que es un poco ñoña, o demasiado romántica; o demasiado adolescente; quizá.
Pero cumple esa función de fomento de la lectura y de amor por la literatura que tan caras son de ver en nuestros días y en nuestro sistema educativo. Y una de las escenas más conocidas de la película tiene como protagonista los versos de Whitman, Oh Capitán, mi capitán. Versos demasiado pronunciados pero muy poco conocidos en el contexto cultural en el que fueron escritos.
• BREAKING BAD
También Hojas de hierba, de Walt Whitman.
La aparición del poemario de Whitman en los episodios finales de Breaking Bad, en los que juega un papel determinante, ha generado un enorme interés por la obra, no solo en Estados Unidos, donde es un icono, sino también es España, donde, de pronto, ya no había que ir a buscar la obra de Whitman a las estanterías más ocultas, sino que se la pudo ver en los mostradores más visibles o incluso en la sección de novedades.
• MAD MEN
Meditaciones en una emergencia, de Frank O'Hara.
Mad Men es una de las series más aclamadas y premiadas de los últimos años, tanto en Estados Unidos como en España.
Y uno de sus protagonistas, Don Draper, aparece en varias ocasiones leyendo.
Una de esas lecturas es la que ha provocado que muchos fans de la serie hayan descubierto a un tal Frank O'Hara, más publicado de forma póstuma que en vida.
También se le ve leyendo, entre otros, Éxodo, de Leon Uris, o El espía que surgió del frío, de Le Carré.
• LOST
El tercer policía, de Flann O’Brien.
Esta novela vendió cerca de diez mil ejemplares en Estados Unidos simplemente por aparecer unos instantes en las manos de Desmond en la segunda temporada de Lost.
Pero es que en Lost, los pasajeros del vuelo 815 de Oceanic Airlines, leen mucho a lo largo de toda la serie.
Aunque en realidad no se los hayan leido de verdad.
• MATILDA, la lectora
El personaje de Roal Dahl es un consumado lector, pese a que sus padres se niegan a comprarle libros y más bien le animan a que consuma televisión. Pero ella sabe que puede ir a la biblioteca pública en busca de lo que sus padres le niegan.
Entre las lecturas de Matilda que el propio Dahl nos revela en la novela, se encuentran Oliver Twist de Charles Dickens; Jane Eyre de Charlotte Bronte; Orgullo y prejuicio de Jane Austen; El hombre invisible de H.G. Wells; El viejo y el mar de Ernest Hemingway… incluso Faulkner, Steinbeck, Graham Green o George Orwell.
Mucho nivel para una niña de 6 años, pero, sin duda, una lista altamente recomendable para cualquiera aun a riesgo de volver a reabrir el debate sobre si es mejor leer clásicos o autores más recientes (ambos, diría yo).
¿Quizá eres de los que descubriste la existencia de un tal Dylan Thomas después de ver la película mentes peligrosas?
¿O, quizá, te explicaste mejor los fenómenos que aparecían en Poltergiest, después de ver lo que leía el protagonista?
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Estos han sido solo algunos ejemplos.
Si te has quedado con ganas de más, aquí tienes Más información y Bibliografía:
• Series de libro: Novelas que dan lustre a la caja tonta
• ¿Qué lee Don Draper?
• Los clásicos ronda la isla
• Libros en Perdidos
• Downton Abbey: efectos literarios
• The Reading Lists of Your Favorite Fictional Characters
• 24 'Yearning for Learning' Movies
• A Visual History of Literary References on 'The Simpsons'
Ya había terminado de escribir el apunte cuando aparecieron estas 3 joyas:
• Libros en películas (I)
• Libros en películas (II)
• Libros en películas (III)