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¿Qué es eso del Ello, el Yo y el Superyo?

Por Somospsico

 ¿Qué es eso del Ello, el Yo y el Superyó?

El psicoanálisis constituye un modelo que trata de describir y explicar los procesos que se dan en la psique humana. Aunque en la actualidad cuente con un gran número de seguidores y detractores, es indudable la gran aportación teórica que ha supuesto, al posibilitarnos comprender un poco mejor cómo funciona nuestro cerebro.

Dado que resultaría imposible resumir en unas cuentas líneas todas sus aportaciones, nos gustaría explicar brevemente en qué consiste uno de los modelos psicoanalíticos más conocidos: el estructural. Según él, nuestro aparato psíquico estaría constituido por tres instancias: el Ello, el Yo y el Superyó.

El Ello constituiría la parte pulsional de nuestra personalidad, la verdadera reserva de nuestra energía psíquica. Así, quedaría constituido por las representaciones inconscientes de nuestros impulsos sexuales y agresivos. Para que lo entendamos mejor, se trataría de aquella parcela de nuestro interior que contiene nuestros deseos y nuestras necesidades más elementales e innatas. De esta manera, funcionaría según el principio del placer, por lo que si sólo tuviéramos Ello, actuaríamos en nuestra vida sin considerar las consecuencias.

Debido a que si esto ocurriese muy probablemente acabaríamos autodestruyéndonos, se hace necesaria la existencia de otras instancias que regulen nuestra vida mental: el Superyó y el Yo. El Superyó constituiría la parte que contrarresta los impulsos del Ello, y estaría formado por los pensamientos morales y éticos que aprendemos en nuestra cultura. Así, términos como la conciencia moral o la censura social cobran especial importancia: no podemos hacer todo lo que deseamos institivamente, pues de lo contrario seríamos reprendidos.

Finalmente, el Yo sería como una balanza que ha de equilibrar entre satisfacer moderadamente las exigencias del Ello y atender a las exigencias del Superyó. Trataría, por tanto, de equilibrar nuestros impulsos y nuestras expectativas de forma armónica.

Según Freud, la psicopatología aparecería como fruto de las continuas presiones que habría de soportar el Yo para mantener este equilibrio. Por ello, cuando el conflicto entre estas instancias es demasiado fuerte, el Yo no funcionaría correctamente, lo cual daría lugar a los síntomas.

En resumidas cuentas, cuando ciertos elementos censurables tratan de acceder a nuestra conciencia, nuestras defensas harían todo lo posible por que esto no suceda. Si dichas defensas no resultan lo suficientemente resistentes, algunos pensamientos “intolerables” podrían presentarse conscientemente. Sin embargo, dado que en el fondo seguimos sin querer aceptarlos, es muy común que se manifiesten simbólicamente o acompañados de una terrible ansiedad. Un ejemplo de esto, y aunque suene algo duro, sería el siguiente:

“Dado que mi madre me resulta un obstáculo en la lucha por ganar el amor de mi padre, realmente desearía matarla, quitarla de en medio. Sin embargo, ya que esto es completamente inaceptable y repulsivo, desarrollo sin ni tan siquiera saberlo un trastorno bulímico como reacción simbólica: por no comérmela a ella, me como todo lo que encuentro”

Para ver otro ejemplo, te recomendamos que le eches un vistazo al artículo de las fobias según Freud.

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foto|Ambro



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