La hipersomnia es un trastorno del sueño, que se caracteriza por tener un sueño excesivo que no se puede controlar. Este sueño, afecta a la persona, puesto que la dificultad de estar despierto es grande, lo que provoca que haya dificultades también en otros aspectos de su vida (social, laboral, familiar…). Además, estos problemas inciden en gran medida en la autoestima de la persona, causando problemas personales más profundos.
Estas personas, a diferencia de personas que padecen insomnio, pueden conciliar el sueño sin dificultades, pero es un sueño poco reparador e ineficaz. Esto provoca que las personas que lo sufren estén adormiladas durante todo el día, llegando a realizar acciones de manera automática, lo que puede suponer un gran peligro (ej. en el momento de conducir).
En el DSM-V, “Manual diagnóstico de los trastornos mentales”, se establecen los siguientes criterios para diagnosticar este problema:
- El individuo refiere somnolencia excesiva (hipersomnia) a pesar de haber dormido durante un período principal que dura al menos siete horas, con uno o más de los síntomas siguientes:
- Períodos recurrentes de sueño o de caerse de sueño en el mismo día.
- Un episodio principal de sueño prolongado de más de nueve horas diarias que no es reparador (en decir, no descansa).
- Dificultad para estar totalmente despierto después de un despertar brusco.
- La hipersomnia se produce al menos tres veces a la semana durante un mínimo de tres meses.
- La hipersomnia se acompaña de malestar significativo o deterioro en lo cognitivo, social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
- La hipersomnia no se explica mejor por otro trastorno del sueño y no se produce exclusivamente en el curso de otro trastorno del sueño (p. ej., narcolepsia, trastorno del sueño relacionado con la respiración, trastorno del ritmo circadiano de sueño-vigilia o una parasomnia).
- La hipersomnia no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento).
- La coexistencia de trastornos mentales y médicos no explica adecuadamente la presencia predominante de hipersomnia.
La hipersomnia está causada por diferentes tipos de dificultades relacionadas con el sueño y la respiración. La causa más frecuente (85% de los casos) es la APNEA DEL SUEÑO, que se manifiesta cuando el aire no llega bien a los pulmones provocando que a la persona le cueste mayor esfuerzo respirar durante el sueño.
La NARCOLEPSIA es otra causa posible, pero es más grave (se da en el 25% de los casos). Es un problema en el que se destaca la excesiva somnolencia y que se caracteriza por tener ataques de sueño repentinos e incontrolables durante el día, obligando a la persona a parar con lo que esté realizando en ese momento y a dormir durante un corto tiempo para poder continuar.
A continuación, se exponen las principales diferencias entre estas dos dificultades:
APNEA DEL SUEÑO NARCOLEPSIA
Prevalencia 2-4% de la población. 0.05-0.16% de la población.
Edad de origen 30-60 años. 20-30 años.
Sexo 8-9 hombres por cada 1 mujer. Mucho más en hombres.
Motivo Surge de la poca llegada de aire a los pulmones, provocando momentos de ausencia de aire (pudiendo ser de hasta 10 segundos). Surge de factores genéticos (poca hipocretina), inmunológicos y estresantes.
Consecuencias – Sueño diurno.
– Ronquidos intensos.
– Problemas cardiovasculares
– Problemas de concentración
– Disminución de la libido.
– Cefaleas.
– Ataques de sueño diurno intensos e incontrolables.– Pérdida de tono muscular.
– Debilidad
¿Qué podemos hacer ante la hipersomnia? A continuación se expresan algunas recomendaciones (no farmacológicas) que pueden tener en cuenta las personas que sufren este problema, para poder mejorar la calidad del sueño:
- Establecer unos hábitos del sueño y una rutina, acostándose y levantándose a la misma hora.
- Dormir 7-8 horas al día como mínimo, aunque no sea de seguido.
- Preparar el dormitorio hasta lograr unas condiciones agradables (ruidos, luz…) y sin que puedan provocarse interrupciones.
- Limitar el deporte, llevándolo a cabo mínimo tres horas antes de irse a dormir, para no acostarse demasiado activado.
- Evitar momentos intensos, tales como discusiones, recuerdos negativos, disgustos… antes de irse a la cama, ya que el sueño no será reparador y puede provocar levantarse cansado pese haber dormido 8 horas.
- Llevar a cabo respiraciones, relajación, mindfulness… pues puede facilitar el sueño y su calidad.
- No abusar de bebidas con cafeína, teína o alcohólicas… pues también interferirá en la calidad del sueño.
Martínez, S. (2018). Problemas de salud mental en atención primaria. Curso Atención Primaria Asturias.
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NARCOLEPSIA (https://www.narcolepsia.org/hi persomnias/
American Psychiatric Association (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Editorial Médica Panamericana.