Las bacterias nos superan en número por 10:1. Tenemos alrededor de un billón de células humanas y unos 100 billones de bacterias viven dentro de nosotros y sobre toda nuestra piel. Tienen efectos importantes en nuestra fisiología y por ello las investigaciones en este campo se han multiplicado en los últimos 10 años.
Lo más seguro es que hayas hecho al menos una ronda (o 10) de antibióticos en tu vida. Alexander Fleming descubrió los antibióticos en 1929, cuando se percató de que un hongo produce una substancia (penicilina) que mata a las bacterias. El término “antibiótico” significa, literalmente, “contra vida”. Hubo un retraso de unos 12 años antes de que los antibióticos se comenzaran a utilizar de forma terapéutica. Desde entonces han salvado innumerables vidas.
Desafortunadamente, existen dos problemas principales asociados a los antibióticos. En primer lugar, se recetan en cantidades excesivas, lo cual impide, por una parte que nuestros sistemas inmunológicos desarrollen una buena inmunidad, y por otra puede llevarnos a crear una resistencia a los antibióticos. En segundo lugar, cuando se recetan, no se suele indicar lo que debemos hacer para mitigar algunos de sus efectos secundarios dañinos. Los antibióticos no sólo pueden causar complicaciones severas (como infecciones por C.diff), sino que habitualmente nos producen efectos secundarios bastante desagradables, como gastritis, gases, hinchazón y diarrea. Pero lo que no alcanzamos a ver es que nuestras bacterias del sistema digestivo están cambiando, y no para bien. Los antibióticos acaban con todas las bacterias, no sólo las patógenas. De este modo, se ha demostrado que la salud de la flora intestinal continúa alterada dos años después de terminar un tratamiento antibiótico.
A pesar de que sabemos que tomar antibióticos tiene riesgos, la realidad es que a veces los necesitamos. No he escrito este artículo para hablar sobre las alternativas a los antibióticos (aunque sería un post importante), sino para darte consejos acerca de la mejor forma de evitar los efectos secundarios de los antibióticos.
Pienso que siempre que se recetan antibióticos se deberían de acompañar con la siguiente información:
1. Probióticos
Los probióticos se pueden tomar durante y después de la terapia con antibióticos, para prevenir efectos secundarios. Los probióticos que te recomiendo tomar durante una ronda de antibióticos son:
- Saccharomyces boulardii
- VSL#3 en sobre (ahora comercializado como Vivomixx en España)
- Lactobacillus GG
- Replete Intensive (descuento exclusivo del 10% en todos los productos de la marca utilizando el cupón 10BC10)
Los antibióticos también suelen causar un sobrecrecimiento de levaduras (en particular Candida albicans). Se ha demostrado que Saccharomyces boulardii, mencionado más arriba, ayuda a prevenir algunos de los factores virulentos relacionados con C. albicans.
Pienso que cualquiera de estos probióticos son una buena opción durante el tratamiento con antibióticos, pero parece que S. boulardii tiene una ligera ventaja, pues ayuda con el sobrecrecimiento de levaduras tan común al tomar antibióticos. Sin embargo, se ha demostrado que otras cepas probióticas también pueden ser útiles en este aspecto.
Si no puedes hacerte con ninguno de estos probióticos, tómate cualquier probiótico que tengas a tu disposición, antes que no tomar nada.
Después de terminar el tratamiento, te recomiendo continuar con un buen probiótico como Bio-Kult para reinocular el sistema digestivo.
2. Alimentos Que Contienen Probióticos
Los suplementos probióticos son una muy buena manera de conseguir una dosis terapéutica de bacterias beneficiosas. Sin embargo, a la larga lo ideal es usar tanto suplementos como alimentos fermentados para conseguir una amplia variedad de probióticos en tu sistema digestivo. Incluye los siguientes alimentos en tu dieta diaria para rein,ocular tu sistema digestivo a diario:
3. Reparar el Sistema Digestivo
Las bacterias beneficiosas que cubren todo tu tracto digestivo son fundamentales para proteger de los daños a las células. Uno de los efectos secundarios de los antibióticos, que no suele ser reconocido por la comunidad médica, es el síndrome del intestino permeable.
Existen algunos suplementos esenciales fundamentales para la reparación de un sistema digestivo dañado:
- L-Glutamina – un aminoácido que sirve como combustible principal para las células digestivas, importante ayuda en la reducción de la permeabilidad intestinal.
- Zinc – aumenta la integridad y la reparación del sistema digestivo.
- Vitamina D – refuerza las “uniones estrechas”, las barreras que mantienen unidas a las células digestivas y evitan que el material no digerido entre al torrente sanguíneo.
Unas pocas medidas preventivas pueden evitar un buen número de efectos secundarios indeseados.