Días buenos y días malos.
Los días buenos los disfrutas como los que más, te levantan los ánimos y te hacen sentir que puedes con todo.
Los días malos son los que te lo hacen ver todo de color negro e incluso a veces te hacen tener ganas de echarlo todo por la borda.
Luchar contra éstos últimos es luchar una batalla perdida, pero puedes disminuir su impacto e incluso sacar beneficio de ellos.
¿Sacar beneficio de los días malos?
Sí, lo digo en serio, y es lo primero que te voy a explicar, porque a mi modo de ver es lo más importante.
Estoy totalmente de acuerdo que es una lata y que se hace muy cuesta arriba ver las cosas de una forma positiva cuando estás viviendo uno de ellos.
Los días malos son aquellos días en los que no puedes hacer cosas con tu voz que normalmente sí puedes hacer.
No me estoy refiriendo a nada en particular.
Pueden ser notas agudas, potencia, agilidad, … no importa.
El caso es que es un bajón.
Pero te invito a verlos de otra forma.
Tener un día malo en realidad es una oportunidad para ver las carencias y debilidades de tu voz, lo que a su vez vendría a ser un equivalente a un cartel luminoso de neón que te indica la salida de un laberinto.
Todos los pasos de gigante que he dado y doy con mi propia voz vienen después de uno o varios días malos, y sé de buena tinta que no soy el único al que le pasa eso.
Resumiendo, si normalmente es importante no manipular tu voz, en tus días malos es aún más importante no hacerlo, aceptar que hoy no puedes y tomar el rol de observador.
Es como un caballo salvaje al que no puedes domar, y mucho menos a base de golpes.
Para lo que te voy a explicar a continuación es muy importante tenerlo claro.
Volviendo a las bases
Uno de los aspectos más importantes a la hora de cantar es la voz de cabeza.
Ésta juega un rol importantísimo, ya no sólo para hacer las notas agudas, si no también para entender a nivel muscular cómo es cantar sin forzar tu voz.
Es por eso que desde el primer día de tu andadura como cantante debes descubrirla y empezar a acostumbrarte a ella.
Y cuando tienes un mal día, aunque en realidad no has retrocedido a nivel técnico, sí te sientes como si así fuera.
Por lo que:
Paso #1: Asegúrate que puedes acceder a tu voz de cabeza
No quiero decir que puedas utilizarla en una canción, ni a un volumen alto, ni nada parecido.
¿Ayer tenías más potencia y hoy no? No importa.
Lo realmente importante es que no te cueste absolutamente ningún trabajo hacer notas agudas con tu voz de cabeza.
¡Pero no vayas a notas muy agudas! Sólo un poco agudas
Si no puedes hacerlo, te doy unas pautas a seguir para conseguirlo.
#1: Baja el volumen
Sé que esto te lo decimos mucho tanto Esther como yo.
Pero lo hacemos porque es realmente importante.
Al bajar el volumen aplicas mucha menos presión de aire en tus cuerdas vocales, lo cual les permite trabajar de forma más libre sin que otros músculos interfieran.
#2: Empieza por vocales cerradas
¿Recuerdas el artículo que escribí hace tiempo sobre la importancia de las vocales?
Puedes hacer clic aquí para leerlo.
Es por eso que es mejor que empieces con las vocales I o U.
Te ayudarán a sentirlo todo mucho más fácil, con menos esfuerzo.
#3: Permite que tu voz de cabeza suene realmente “cabezosa”
“Cabezosa”, a falta de un término mejor :b
Con eso quiero decir que tienes que permitir que el sonido sea muy hueco, como imitando a un búho, o como…
Mejor te pongo un ejemplo donde tienes estas tres pautas en un ejercicio:
http://vox-technologies.com/wp-content/uploads/le_g4_g4_180_gui_d.mp3Paso #2: Permite que tu voz de pecho y tu voz de cabeza se mezclen
Tener acceso a tu voz de cabeza es el primer paso, y es un paso importante.
Pero no es suficiente.
Necesitas poder conectar tu voz de pecho con tu voz de cabeza sin que hayan quiebres en el proceso.
Si normalmente no lo puedes hacer, es algo en lo que tienes que trabajar antes de poder cantar canciones con notas agudas, y es el primer paso de conseguirlas con potencia.
Si por el contrario sí que puedes conectar ambas voces de forma habitual, céntrate en conseguirlo hoy también.
Pero quiero que pongas especial atención en una sola cosa.
Una cosa muy importante, de vida o muerte.
Céntrate en NO HACER NADA para conseguir esa conexión.
No manipules tu voz, no utilices sonidos temporales, no añadas volumen porque crees que es así como debe sonar tu voz.
¡Nada! ¡Cero! ¡Nothing!
Cuanto más trabajes esa conexión de la forma más fácil y sin esfuerzo que puedas, más empezará a acordarse tu voz de “cuál es el camino”.
De hecho esto mismo te sirve incluso para tus días buenos
Nunca es demasiado volver a recordarte que lo más importante en la técnica vocal es conseguir facilidad al cantar, sin importar que el sonido que estás haciendo te guste o no.
Porque una vez obtienes esa libertad puedes empezar a trabajar en el resto de aspectos de tu voz, tratando de no perderla.
Si ves que por más que lo intentes te es imposible conectar ambos registros, busca ejercicios más fáciles.
Si hace falta ves al ejercicio más fácil de todos.
El lip bubble:
http://vox-technologies.com/wp-content/uploads/le_g4_g4_180_lip_bubble.mp3¿Sólo puedes hacer este ejercicio?
¡Está bien!
Sigue haciéndolo siempre que no notes fatiga.
Es más importante hacer ejercicios que te permiten sentir esa conexión.
Ejercicios que te permiten sentir todo muy fácil sin que tengas que hacer nada.
Mucho más importante que obligar a tu voz a conectar en ejercicios en los cuales tus cuerdas vocales no quieren cooperar por el momento.
Y por último, es posible que tu voz quiera pasar a voz de cabeza antes de lo que estás acostumbrado.
Permítelo.
Si vas por ese camino te aseguro que descubrirás cosas nuevas que podrás aplicar más adelante.
Pero si no consigo conectar mi voz de pecho con mi voz de cabeza, ¿no sería mejor trabajar en la compresión vocal?
Con tanto énfasis sobre la compresión vocal que se encuentra en Internet y la fijación de mantener las cuerdas vocales juntas en todo tu rango, es fácil infravalorar la importancia de la liberación de la voz y de la voz de cabeza.
Aunque tu voz esté débil, especialmente en los agudos, el refrán “más vale maña que fuerza” sigue siendo muy válido.
Con esto no te estoy diciendo que la compresión vocal no sea importante.
Lo que quiero decirte es que trabajar en la liberación de la voz es, como mínimo, igual de importante.
Por ejemplo, la mayoría de personas que hacen el sonido de voz de bruja ejercen demasiada fuerza y acaban apretando demasiado sus cuerdas vocales, normalmente con la ayuda de músculos externos.
Esto no mola nada, ya que aunque te ayude a sentir una voz más homogénea en todo tu rango, no te va a librar de esas tensiones que no te van a permitir cantar con comodidad y de forma sana.
Y no sólo tu salud vocal se va a resentir.
El sonido de tu voz también.
Insisto, pon a “la sensación de libertad” en el número uno de tu lista de prioridades.
¿Y qué hago si tengo una actuación?
Esto se complica.
Lo primero que debes hacer es ejercitar tu voz con las pautas que te he dado hasta ahora.
Busca la facilidad y acostúmbrate a ella.
Luego, si el estilo que cantas requiere de cierta potencia y “empuje”, vas a tener que bajar la intensidad de ambos.
La voz de cabeza tiene que reinar en los agudos, y ahora más que nunca, lo cual puede que te quite un poco de “chicha”, pero será mucho más seguro.
De esta forma podrás acabar el concierto sin hacerte daño.
Además, si lo enfocas así, a medida que avance el concierto puede que tu voz se vaya poniendo más a tono y puedas exigirle un poco más.
¡Pero no te confíes!
Hay que andar con ojo
Como conclusión…
En cualquier caso, la voz de cabeza es tu amiga, vayas a necesitar notas agudas o no.
Si ves que te es imposible conectar tu voz de pecho con tu voz de cabeza, cuando normalmente puedes, puede ser un indicador de que estás peor de lo que crees.
¡Ten cuidado con eso!
¿Y si quieres que incluso tus días malos sean impresionantes? Haz clic aquí para saber cómo calentar la voz.
Imagen: Algunos derechos reservados por TheeErin
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