Revista Expatriados

¿Qué significa meditar?

Por Tiburciosamsa
Cuando vivía en Bangkok, Giovanni me oyó decir una vez que me gustaría formar un grupo de meditación. Al momento se mostró interesado. “A mí me gusta mucho meditar”. Me sorprendió tanto como si una actriz porno me dijera que quiere que el Papa la reciba en audiencia para estrenar su mantilla. La sorpresa amainó cuando me enteré de que para Giovanni meditar consistía en estar tumbado en el sofá de su casa después de un buen almuerzo, mirando al infinito y sin pensar en nada. Esto último, lo de no pensar en nada, era algo que hacía a la mayor perfección.
Yo también hubo un tiempo en el que pensaba que meditar consistía en dejar la mente en blanco, frenando los pensamientos. Si meditar consistiese en eso, las piedras del campo y Giovanni serían unos excelentes meditadores.
Unas palabras de Krishnamurti sobre la meditación:
Deberías realmente olvidarte de la palabra “meditación.” Esa palabra se ha corrompido. El significado ordinario de esa palabra- sopesar, considerar, pensar sobre algo- es bastante trivial y ordinario. Si quieres entender la naturaleza de la meditación debes realmente olvidarte de la palabra porque no puedes medir con palabras lo que no es mensurable, lo que está más allá de toda medida. No hay palabras que la puedan transmitir, ni sistemas, ni modos de pensamiento, práctica o disciplina. La meditación (…) si puedes dejar a un lado la palabra, comenzarás tranquila y suavemente a sentir un movimiento que no pertenece al tiempo (…) Un movimiento en el sentido de una ola: ola tras ola, comenzando en ninguna parte y sin ninguna playa en la que estrellarse. Es una ola sin fin. El tiempo, sin embargo, lento como es, es bastante cansado.

El tiempo significa crecimiento, evolución, devenir, alcanzar, aprender, cambiar. Y el tiempo no es el modo que yace más allá de la palabra meditación. El tiempo no tiene nada que ver con eso. El tiempo es la acción de la voluntad, del deseo y el deseo no puede de ninguna manera…


Aquí, sentado en esta roca, con el cielo azul- está increíblemente azul- el aire es tan puro, tan incontaminado. Más allá de esta cordillera está el desierto. Puedes verlo, millas y millas. Es realmente una percepción sin tiempo de lo que hay… Lo que no tiene tiempo no puede medirse con palabras. Y la meditación es sólo una palabra.”
Si entiendo bien a Krishnamurti, para él el tiempo es una dimensión subjetiva. Es el ego quien introduce el tiempo en la existencia. El ego se preocupa por el pasado del que viene y por el futuro al que se encamina, pero no consigue vivir en el presente. Meditar es estar en el presente, en ese presente que no conoce el tiempo, que lo trasciende. Meditar es dejarse ir con el flujo de la vida, hacerse uno con él, ir más allá de la escisión entre el yo y el universo.
Cuando medito, la mayor parte del tiempo ando distraído pensando en el pasado y en el futuro, o sea, que paso la mayor parte del tiempo no meditando. Pero siempre hay una fracción de segundo, el instante en el que suena la alarma que marca el fin de la sesión, durante el cual me olvido del pasado, del presente y de mí mismo. El día que sea capaz de extender ese instante, seré capaz de meditar.

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