En noviembre de 1572 el astrónomo danés Tycho Brahe identificó una nueva estrella en la constelación de Casiopea. Este astro nunca se había visto antes y "chocaba" fuertemente con la idea aristotélica de la época de la inmutabilidad de los cielos. Al año siguiente Tycho describió sus observaciones en el libro “De nova et nullius aevi memoria prius visa stella“, en latín sería algo así como "Sobre la estrella nueva y nunca vista antes por nadie". Fue así como se introdujo el término nova en la ciencia de la Astronomía para describir estrellas que, repentinamente, aumentaban de brillo, para luego decaer de nuevo de luminosidad y dejar de verse de nuevo. Cierto tiempo después se encontró que algunas de estas novas eran especialmente brillantes y tenían propiedades intrínsecamente distintas a las menos brillantes, por lo que se estableció la separación entre novas y supernovas, siendo obviamente éstas las más brillantes.
Esquema del funcionamiento de una nova. Una estrella enana blanca "roba" el material a una estrella compañera, generalmente una gigante roja. El material robado se fusiona de forma violenta haciendo aumentar notablemente el brillo del sistema. El esquema de una supernova de tipo Ia es similar, pero lo que en este caso ocurre es que el material arrancado añadido a la enana blanca hace la estrella supere las 1.4 veces la masa del Sol (Límite de Chandrasekhar), lo que hace fusionar el núcleo de carbono de la enana blanca. Esta fusión es muy violenta y hace explotar a la enana blanca. Crédito ilustración NASA/CXC/M.Weiss.
No fue hasta la década de los 30 del siglo pasado cuando se estableció que, ciertamente, una “nova” y una “supernova” eran cosas distintas. En la actualidad el término supernova indica la destrucción completa de una estrella tras una violenta explosión. Pero esto no ocurre en una nova. La explicación que los astrofísicos dan a las novas es la siguiente: son estrellas enanas blancas que poseen una estrella compañera muy cercana. La enana blanca va arrancando poco a poco material a la estrella compañera. Este material (hidrógeno y helio) cae a la superficie de la enana blanca, donde de repente se fusiona, esto es, el hidrógeno y el helio robados se transforman en elementos más pesados. Este proceso libera gran cantidad de energía, lo que se traduce en un gran aumento en el brillo de la estrella. En muchos casos, la nova pasa de no verse a simple vista a ser de los astros más brillantes del cielo. En este punto hay que matizar que un tipo de supernovas, las clasificadas como “Ia”, tienen un origen similar: una enana blanca robando material a una estrella compañera cercana. Pero en una supernova de tipo Ia es la propia enana blanca la que explota, destruyendo completamente el sistema, mientras que en una nova sólo "explota" (se fusiona) el material arrancado a la estrella compañera. La “estrella nova” de Tycho Brahe era en realidad una supernova de tipo Ia. Esto no ocurre con las novas: ambas estrellas siguen vivas tras la explosión termonuclear. De hecho, las novas suelen ser “recurrentes”, esto es, cada cierto tiempo (años o decenas de años) experimentan un aumento repentino de brillo.
¿Y a qué viene ahora este post sobre novas? Pues porque justo estas semanas han aparecido un par de noticias astronómicas relacionadas con novas. Por un lado, el 15 de marzo el vulcanólogo-aventurero y astrónomo aficionado australiano John Seach descubrió una nova en Sagitario. Bautizada como Nova Sagittarii 2015 No. 2, se puede ver ahora a simple vista desde un lugar relativamente oscuro, por supuesto, si se sabe dónde mirar, es necesario un mapa de la zona, como este:
Carta con la localización de la Nova Sagittarii 2015 No. 2 en la constelación de Sagitario. Los números representan la magnitud de las estrellas omitiendo el punto decimal (e.g., 82 indica una estrella de magnitud 8.2) que sirven para poder estimar la magnitud de la estrella. Crédito: AAVSO.
Esta nova ha estado subiendo de brillo desde que fue descubierta hace dos semanas (magnitud seis, justo en el límite de verse a simple vista) hasta la magnitud 4 el 21 de marzo. Ahora su brillo ya está cayendo, las últimas observaciones visuales proporcionadas por AAVSO indican que tiene magnitud entre 5.5 y 6. Para observarla hay que madrugar, dado que la mejor visión de la constelación de Sagitario se obtiene antes del amanecer en estas épocas del año.
Imagen de los restos de la nova observada en 1670 tal y como se observan en la actualidad. En azul se codifica la luz en en rango óptico usando observaciones del telescopio Gemini Norte (Hawaii, EE.UU.). En rojo y en verde se codifican la emisión en ondas milimétricas detectada por el radiotelescopio APEX (Atacama, Chile) y el radiointerferómetro SMA (Hawaii, EE.UU.), respectivamente. Crédito: ESO/T. Kaminski.
Por otro lado, el lunes pasado el Observatorio Europeo Austral (ESO) hizo pública la noticia del nuevo estudio sobre la “misteriosa” nova de 1670. Observada por Hevelius y Cassini en el siglo XVII y localizada en la constelación de La Raposa (Vulpecula), justo debajo de la cabeza del Cisne, el comportamiento de este objeto nunca fue similar al observado en otras novas. Gracias a nuevos estudios usando nuevos datos conseguidos con los telescopios Gemini Norte (Hawaii, EE.UU.), el radiotelescopio APEX (Atacama Parhfinder Experiment), el radio-interferómetro SMA (Submillimeter Array) y el radiotelescopio Effelsberg se ha podido demostrar que el fenómeno fue originado por el choque de dos estrellas. En efecto, la composición química no casa con la esperada por las novas tradicionales, y el gas frío circundante está lleno de moléculas que tampoco es lo esperado. Además, la masa de este gas frío es demasiado grande para provenir de la explosión de una nova. La hipótesis que mejor explica las observaciones es que lo que ocurrió fue el choque de dos estrellas. Así se ha creado una nueva definición de estrellas explosivas: las novas rojas luminosas, producto del choque de dos estrellas. Este tipo de objetos transitorios son más brillantes que las novas, pero no tanto como las supernovas.
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- Supernovas de tipo Ia, julio de 2011.
- ¿Qué es una supernova?, junio de 2011.
- La supernova de los Anasazi, julio de 2004.
Más información
- Nota de prensa de ESO, 23 de marzo de 2015
- Página de AAVSO con los datos de la Nova Sgr 2015 No. 2