Ayer conversaba en una sesión de Coaching Personal con uno de los padres que asistió meses pasados a unos de los Talleres, y me decía “Mi hijo no me escucha”….luego de esto hubo un silencio que me hizo pensar y recordar que “el silencio habla” y como padres debemos afinar la escucha, hasta “la escucha del silencio”. Si, escuchar el silencio de tus hijos!
La pregunta que viene es: Y tú qué tanto escuchas a tu hijo? En qué medida le prestas la atención que merece?
El escuchar, sin duda es un arte, que debe desarrollarse y para ello debemos educarnos como Padres…en afinar la escuchar y convertirla en una competencia en nuestro rol de Padres. A veces decimos que “Claro que escucho a mis hijos”, pero cuando invito a los padres a reflexionar sobre el momento en si, la escena, su atención, lo primero que aparece, es que estaba saliendo apurado a la oficina, tenía el celular en la mano, no le estaba mirando a los ojos, y le dije que si por salir del paso. Entonces invito a la pausa, y pregunto: Realmente estabas escuchando a tu hijo?
Si fuese otra escena, siendo tu como papá o mamá el que necesita ser escuchado, te gustaría que fuese bajo ese escenario?
Hoy comparto con ustedes que nuestro 80% del día vivimos bajo una tendencia hacia el Oír y no al Escuchar. El Oir consiste en distinguir sonidos, es un proceso biológico. El ESCUCHAR, implica comprensión e interpretación. Como Padres debemos modelar a nuestros hijos LA ESCUCHA en la casa, que nuestros hijos vivan en carne propia como sus padres se escuchan, y como los escuchamos a ellos.
La ESCUCHA nos acerca al alma de nuestros hijos…y tu cómo Padre, qué tan cerca quieres estar de esa alma?