Revista Cocina
Me volví loca buscando la mejor receta posible del famoso Christmas Cake (Bizcocho de navidad) estilo ingles. De niña no lo podía soportar, ese queque lleno de frutas y con ese olor tan intenso a licor. Pero con el paso de los años he ido echándolo de menos y recordando no solo el sabor a licor sino la intensidad de la canela, los clavos y el sabor de la capa de mazapán que solía tener por encima.Ya sabes que vivo en Gran Canaria y que durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX mi isla tuvo una gran influencia por la colonia británica afincada, del tal calado que los sectores económicos e incluso la vida social adquirió muchas costumbres, lenguaje y forma de vivir de esta en nuestra comunidad. Para colmo mi familia vivía muy cerca del puerto, por tanto los productos ingleses eran habituales en nuestra mesa, no solo galletas, chocolates, mermeladas, mantequillas.... sino también estos estupendos queques que llegaban cuando se acercaban las fiestas navideñas.
Y una vez explicado, porqué me pongo a hacer un queque de navidad en lugar de unos polvorones españoles, pasamos al tema que nos ocupa.Después de tantas recetas rebuscadas, al final me quedé con una publicada en el periódico The Guardian extraída del libro de Nigella Lawson, periodista Británica. Solo he modificado un par de cositas, cambié las cerezas glaseadas por arándanos secos y el acabado que opté por una capa de mazapán para decorarla con estilo navideño.Ella dice que este queque se puede congelar hasta 1 año y que para descongelar solo hay que desenvolver el pastel y descongelar durante la noche a temperatura ambiente yo no no he hecho. Igual que tampoco he probado a guardarlo durante semanas y semanas en una lata como ella indica, pero es que se lo comieron en apenas unos días, pero estoy segura que con tanto alcohol como lleva es imposible que se estropee.
INGREDIENTES PARA UN MOLDE CUADRADO DE 20X20 o uno redondo de 23 cm.
700 gr. de pasas
300 gr. arándanos
100 gr. higos secos
150 gr. de nueces
bourbon (o brandy)
400 ml. de brandy, jerez o ron. Si no toman alcohol usar zumo de naranja o de manzana
300 gr. de mantequilla
180 gr. a azúcar moreno
2 cucharaditas de ralladura de limón
4 huevos L
2 cucharadas de melaza o si prefieres miel
unas gotitas de esencia de almendra
300 gr. de harina
150 gr. de almendras molidas
½ cucharadita de clavos molidos
1 cucharadita de canela molida
½ cucharadita de jengibre molido
400 gr. de mazapán (opcional)
PREPARACIÓN
El día antes ponemos todas las frutas secas en una calderito y añadimos el líquido que hayamos elegido, alcohol o zumo de fruta. Llevar a ebullición. Yo utilicé un ron añejo.
Quitarlo del fuego y dejarlo reposar durante la noche tapado.
Asegurarnos de sacar los huevos y la mantequilla de la nevera para que estén a temperatura ambiente para la preparación del pastel al dia siguiente.
Precaliente su horno a 150º y preparamos el molde cubriendo el fondo y los lados con papel de horno.
Batir la mantequilla y el azúcar juntos, luego añadir la ralladura de limón.
Ahora los huevos uno por uno, batiendo bien después de cada incorporación.
Ahora la melaza y el extracto de almendra (es opcional, pero a mi me gusta su aroma).
Tamice los ingredientes secos juntos, el harina y las especias sobre la mantequilla batida, alternando con la fruta remojada.
Añadir las nueces.
Coloque la mezcla en el molde y hornear hasta que se inserte un pincho en el pastel y salga limpio. Calcula una hora y media aproximadamente.
Cuando el pastel esté cocido, píntelo con un par de cucharadas adicionales del brandy u otro licor de su elección.
Envuélvelo inmediatamente con el molde en una lámina de papel de aluminio ya que atrapará el calor y formará vapor, lo que mantendrá el queque mas suave en la parte superior.
Cuando esté completamente frío, desmoldar y volver a envolver en papel de aluminio.
Yo opté por ponerle una capa de mazapán en la base y otra por encima, pero es optativo.
Ya lo puedes guardar preferiblemente en una lata hermética o Tupperware, durante al menos 1 semana antes para mejorar el sabor.