Ámbar, eres una editorial bastante joven y desde el principio has tenido consideración con el público juvenil, editando títulos nacionales y extranjeros dedicados exclusivamente a nuestro amplio sector. Eso es algo que me encantaría agradecerte, aunque, claro está, no hay que olvidar que también supone una ventaja para ti, teniendo en cuenta que el mercado de literatura juvenil cada vez es mayor y mueve más público y dinero. Sea como sea, lo que está claro es que tu labor resulta provechosa para la sociedad literaria, y que tu constante apuesta por escritores jóvenes y nacionales es lo que mejor te caracteriza. Qué mejor ejemplo que Éxodo, de Anissa B. Damom.
La variedad de tus títulos es también merecedora de mención, entre los que podemos encontrar a autoras como la ya mencionada Anissa B. Damom —inmersa ahora en la preparación del segundo título de Éxodo, su primera fantasía romántica publicada—, Moruena Estríngana —quien anduvo en el camino de la autopublicación con El círculo Perfecto— o Cielo Latini, autora de una novela llamada Abzurdah que arrasa en Latinoamérica y profundiza en el Trastorno de Personalidad Límite. Tres novelas y autoras totalmente diferentes entre sí que conviven en perfecta armonía en tu catálogo y pronto lo harán en nuestras librerías: ese es otro aspecto positivo que resaltar de tu trabajo como editorial, ya que te preocupas por ofrecernos diversidad.
No obstante, si bien la labor de la que te he hablado me parece intachable, tu distribución es caso aparte. Yo vivo en Tenerife y jamás he visto tus libros en ninguna de las librerías de la capital, ni siquiera en lugares tan conocidos como el Corte Inglés. Te falta presencia en las tiendas de Canarias y no deberías olvidar que aquí también existimos muchos lectores con ganas de probar tus novedades. Además, la mayoría de las novelas que estás sacando últimamente se ha encarecido y en las ediciones no se observa ninguna mejoría, siendo entonces el precio un tanto abusivo, sobre todo si tenemos en cuenta que gran parte de tu producto está dirigido a un público joven que muchas veces no posee autonomía económica.
Pero tampoco hay que olvidar que el aspecto de tus libros es bastante bueno, tanto por fuera como por dentro, pues el tamaño de la fuente es adecuado para cualquier lector y las hojas son de una calidad aceptable; aunque las últimas cubiertas (para mi gusto) resultan desabridas y se olvidan con demasiada facilidad. Tal vez sería mejor volver a los inicios de aquellas que cubrían totalmente la portada del libro, sin crear ese efecto minimalista que ahora lucen y les resta impacto.Espero que estas palabras puedan serte de ayuda y que de una u otra manera puedas arreglar estos detalles.