Querida oligolérdica emputecida, Leí con estupor e incredulidad tu columna del domingo en una de esas absurdas revistas de tías. Jamás leo esas revistas porque me sientan mal, me hacen peor persona y hacen que salgan de mi boca insultos y blasfemias por las que Molimadre me regaña muchísimo y amenaza con lavarme la boca con un estropajo pero de vez en cuando caigo en la tentación. Después del estupor y la incredulidad vino el cabreo ¿Qué mierda es esta? y luego el llanto "Joder, le han pagado por escribir esta mierda". Más tarde llegó la reflexión. ¿Cómo habrá podido escribir esta majadería? Obviamente por dinero, si te pagan por escribir esa sarta de estupideces mal hiladas, ¿para qué molestarse en escribir algo decente? La ley del mínimo esfuerzo es poderosa en ti. Luego pensé que lo hacías para demostrar al pueblo que se empeña en estudiar e ir la Universidad, que tener un título superior no inmuniza contra la estupidez, la simpleza mental y la soberbia ridícula. ¿Te suena el dicho "aunque la mona se vista de seda"? Pues eso, aunque la oligolérdica tenga un título superior. Luego reflexione y me pareció un motivo tan altruista por tu parte, que lo descarté rápidamente, no se porqué, pero no tienes cara de ser buena persona...no te pegan las mejillas sonrosadas. Lo siento, pero tienes más pinta de Bruja del Oeste. Tapándome la nariz y con los ojos guiñados para no sufrir convulsiones de ira, volví a leerte a ver si descubría tu motivo oculto. La "idea" de tu escrito es sencillamente que molas mil porque te gustan los bolsos que valen como una letra de la hipoteca y tienes "un enorme equilibrio espiritual" que hace que no te alteres si te tiran una copa de vino encima de tu última adquisición. Aha. Me fascina, me cabrea y me descojono por igual cuando te leo lo del "enorme equilibrio espiritual". Reconozco que también me da un poquito de envidia. "Enorme equilibrio espiritual". A mi, esto me suena, o bien a apestar la casa con incienso y llevar babuchas o a fumar drogas, llevar el pelo largo con margaritas en las orejas y follar a diestro y siniestro escuchando a Janis Joplin. Sinceramente no te veo de follar a diestro y siniestro, eres más de babuchas (de Guchi) y tomar agua con gas como toda droga. Aún así a mí el "enorme equilibrio espiritual" me fascina porque es algo que está muy lejos de mi alcance. Yo soy más de grandes emociones y grandes cabreos...más de extremos...y menos de babuchas e incienso. Puede que no sea tan tranquilo como el equilibrio espiritual pero desde luego es mucho más emocionante que tu vida...aunque claro, eso explicaría porqué tienes esa cara de no tirarte pedos jamás. El equilibrio espiritual si además es enorme...debe ser una tarea de titanes. ¿Qué más? Te autodefines como una "Barbie complementos". Hay que ser merluza para que llamarte así te haga ilusión, pero lo tuyo es peor...siento desilusionarte pero estás lejos de ser una Barbie complementos. Estás muchísimo más cerca de ser la Reina Madre con el bolso bien agarrado y la copita de vino blanco en la mano. Ja. Te estoy viendo en una de esas cafeterías del Barrio de Salamanca de Madrid, sentadita muy derecha, con las rodillas muy juntas (ya hemos dicho que pinta de follar a diestro y siniestro no tienes), el bolsito agarrado murmurando "mi tesoro" y criticando a las jovencitas que sueltan el bolso alegremente. Hay más pistas de tu verdadera personalidad de revieja borrachuza. Sabes que el vino blanco no mancha. Ninguna Barbie complementos que se precie conoce ese dato. Una Barbie de verdad, de las buenas no tiene ni idea de que el vino blanco no mancha y además le da igual...pero tú sí lo sabes y eso, querida, es de abuela cebolleta. Más datos. A tu "enorme equilibrio espiritual" contribuye que el camarero sea "muy guapo". No quiero pensar mal, pero a lo mejor si además de tirarte la copa de vino te hubiera dado un masaje en las pantorrillas varicosas le hubieras nombrado heredero universal. Me apuesto una mano a que te has contenido para no llamarle "mozalbete guapetón" que era lo que te pedía el cuerpo...y la Teena Lady. Para terminar y desde el cariño que no te tengo, te lo digo. Espero que tengas una vejez larga, muy larga y que la pases disfrutando en la compañía de tus bolsos que mirarás con arrobo sentada en un banco del parque más sola que la una, mientras echas miradas rijosas a los jovencitos y te aguantas los pedos. La parte buena es que podrás meter en ellos el tetrabrick de vino blanco... PS: próximamente te mandaré un gato.