Hace un par de semanas la Unión Astronómica Internacional (IAU) emitió un comunicado con el título ¿Se puede comprar el derecho de bautizar un planeta?. El objetivo de tal comunicado es aclarar al público las reglas que los astrofísicos seguimos a la hora de nombrar los distintos cuerpos cósmicos, y en particular enfatizar que esos nombres no están a la venta, sobre todo a la hora de nombrar los exoplanetas que vamos descubriendo alrededor de otros soles. Tal y como dice el comunicado de la IAU, tras su descubrimiento, exoplanetas y otros objetos astronómicos reciben designaciones oficiales e inambiguas dentro de sus catálogos. Mientras que los nombres de exoplanetas como 16 Cygni Bb o HD 41004 Ab pueden parecer aburridas en comparación con los nombres de los planetas del Sistema Solar, el número tan ingente de objetos de nuestro Universo - galaxias, estrellas y planetas por nombrar sólo unos pocos- significa que es vital que se otorgue un sistema sistemático y claro a la hora de nombrarlos.
Impresión artística de un exoplaneta visto desde uno de sus satélites. Crédito: IAU/L. Calçada.
¿Y por qué este comunicado de la IAU? Porque hace poco una organización estadounidense, Uwingu, ha abierto una campaña para bautizar al exoplaneta Alfa Centauri Bb (del que hablé aquí y aquí) con un nombre que el público decida. Pero para votar hay que pagar 0.99 dólares americanos que, según la página Uwingu, se dedicarán a proyectos de divulgación y educación de la Astronomía. También se otorgan premios a los nombres más votados, y el ganador recibe además una placa conmemorativa y una suscripción a la revista Astronomy (que, junto con Discover, patrocinan Uwingu). El plazo para votar el nombre popular de Alfa Centauri Bb termina hoy 22 de abril. El nombre que va ganando es Rakhat.
Es por este motivo por el que el comunicado de la IAU expresa claramente que, aunque aprecia enormemente el interés del público en estos temas, IAU actúa como único árbitro en el proceso de bautizar los cuerpos astronómicos [...] Como organización científica internacional, se desasocia complemente de la práctica comercial de vender nombres a planetas o estrellas, o incluso de vender como una "inmobiliaria" parcelas en lunas o planetas, sino el cuerpo celeste entero. Ojo que esto último es verídico, lo contamos por aquí hace ya varios años (*). Finalmente, el comunicado de la IAU confirma rotundamente que las prácticas de nombrar exoplanetas u otros cuerpos celestes no serán reconocidas por la IAU, por lo que esos nombres alternativos no serán adoptados.
La semana pasada varios medios divulgativos estadounidenses (Universe Today, Physics Today y, como no, Discover) salieron a la defensa de la propuesta de Uwingu y en contra del comunicado de la Unión Astronómica Internacional. Incluso algunos astrofísicos, entre ellos Xavier Dumusque (descubridor de Alpha Centauri Bb), apoyan la idea de dejar opinar al público sobre los nombres de los exoplanetas.
Sin lugar a dudas, este debate es muy distinto al hecho de que la IAU reclasificara a Plutón como planeta enano en 2006. Una cosa es el avance científico (por lo que se cambió la clasificación de Plutón) y otro muy distinto el nombrar los cuerpos astronómicos.
¿Qué piensas tú?
(*) Artículo publicado el 9 de junio de 2004 y con el título Pague dos y llévese tres acres... en la Luna, fue el primer post que el astrofísico Miguel Santander escribió en un blog, y la única colaboración invitada en El Lobo Rayado publicada hasta la fecha.