Es "Black Death," una joya inédita triunfadora en el pasado Festival de Sitges que lamentablemente no ha visitado nuestras salas comerciales. Si lo hará, sin embargo, nuestros hogares, gracias a la implicación de Versus ( en DVD) y filmin (en streaming). Tras estimables gamberradas como "Desmembrados" y "Creep", Christopher Smith se ponía serio adentrándose esta vez en la crudeza del medioevo a través de un viaje descorazonador en el que una mortífera y putrefacta atmósfera impregna el devenir del film en todo momento. Un viaje al que os invitamos adentraros en filmin con nuestro particular "Juego de Tronos." Y no, no nos referimos únicamente a su mismo protagonista (Sean Bean), ni tampoco a su fantasía medieval. Si queréis descubrir las razones para sufrir 'su peste,' pasen y lean.
¿DE QUÉ VA?
En medio de la peste que asola la Europa del siglo XIV, un novicio espera una señal del cielo para decidirse entre acompañar a su amada o permanecer en el monasterio. Cuando aparezca un grupo de soldados en busca de un poblado que misteriosamente permanece inmune a la plaga, él se ofrecerá como guía.
ALGO ASÍ COMO
Juego de Tronos + Valhalla Rising + El séptimo sello
¿QUÉ OFRECE?
Si hace dos años fue "Valhalla Rising," el pasado fue turno de "Black Death." Ella fue la responsable de devolvernos con absoluta sobriedad y desasosegante aspereza la época medieval a Sitges mediante un film que exhala olor a muerte por los cuatro costados. Seca, fría, violenta y salvaje en la que nadie, absolutamente nadie, se salva de la quema. Aquí no hay buenos ni malos, ni mucho menos héroes.Todos sus personajes desprenden desesperanza, putrefacción, al igual que la peste que les amenaza. Una descorazonadora situación en la que únicamente pueden encontrar supuesto refugio en la fe y la religión. Es una lucha existencial en el que la reflexión religiosa y su alto contenido existencial acapara de tal forma la esencia del film que podríamos incluso llegar hablar de inconfundibles ecos bergmanianos. Christopher Smith ha rodado, sin duda, su mejor película. Sitges era prueba de ello, filmin lo confirma. De hecho, ya podéis comprobarlo con vuestros propios ojos.