Desde que tengo uso de razón y ya tengo 36 años. Ha habido una noticia que se repetía cada poco tiempo y que me llamaba mucho la atención. Se trata de la posibilidad de poder elegir el sexo del futuro bebé. Esto me intrigaba mucho y me parecía curioso. Sobre todo para una niña como yo, que desde tan solo 10 años ya su sueño era ser mamá. Yo pensaba, seguro que en un futuro tengo la posibilidad de elegir. Han pasado los años, muchos años. Vamos a ver como va la ciencia en la elección del sexo.
¿Hay métodos para elegir el sexo?
Primero vamos a empezar viendo los posibles métodos que podemos encontrar para poder elegir el sexo de nuestro futuro bebé, antes de engendrarlo.
Según he estado investigando sobre este tema. Me he dado cuenta que en Internet podemos encontrar un gran número de opiniones. Aunque es cierto que hay países donde encontramos clínicas donde se practica la elección del bebé, a un coste muy elevado. Asegurando un indice altísimo de acierto.
Lo que si podemos afirmar sin ninguna duda, es que los científicos, conocen claramente cuales son los motivos por los que se desarrolla un niño o una niña. Esto quiere decir que si hoy en día aun no somos capaces, la ciencia llegará un día en que pueda conseguirlo.
Según los especialistas, la única manera de momento es a través de la fecundación in vitro,
haciendo una selección. Pero aun así no se puede garantizar al 100% aunque si que tiene unos indices muy altos de acierto. Actualmente muy poca gente lo intenta, debido a su alto coste y que solo algunos países como EEUU, lo permiten legalmente.Luego tenemos otra serie de sistemas, que seguramente hayas oído durante muchos años. Se trata de los mitos callejeros. Los cuales nos pueden decir que si hacemos el amor de una forma saldrá niño y si lo hacemos en otra postura tendremos niña. Estas ideas no tienen ninguna coherencia ni base científica. Y es cierto que aciertan mucho. Por lo menos la mitad de los casos, ya que cuentan con un 50% de probabilidades de acierto en el sexo del bebé.
Así es que de momento en España, tendremos que seguir utilizando el sistema clásico para conocer el sexo del bebé a no ser que viajemos a EEUU para someternos a una inseminación in vitro en una de las clínicas que lo practican. Al fin y al cabo, el no conocerlo, nos provoca una sensación de curiosidad y expectativas, que mantenemos a lo largo de parte del embarazo.