Revista Deportes

Quince minutos de vida

Publicado el 05 marzo 2013 por D10
Cuando el Boca sin fútbol, el que jugaba hasta la mitad, obtenía resultados, todo era color de rosas, ahora que Boca intenta algo mejor pero no consigue resultados, nadie encuentra algo positivo.  
El domingo perdió de local contra el peor equipo del mundo por 3 a 1, sin embargo, hay muchas cosas positivas para resaltar del cerebro bostero cuyas conexiones sinápticas parecen empezar a funcionar.
¿Cuánto hacía que Boca no jugaba al ataque como un equipo grande?.
¿Cuántos partidos como el del domingo venía jugando Ervittí?.
¿Cuántos punteros tienen un nivel tan alto el día del debut?.
¿Cuánto hacía que Boca no tenía un cinco al que se le puede pasar la pelota?.
¿Cuánto hacía que Silva no metía un gol?.
¿Cuántos laterales izquierdos hay que llegados al borde del área piensan como un enganche?.
¿Alguien esperaba que Riquelme después de tanto tiempo tuviera un nivel tan alto?.
Boca es un equipo que apenas se está formateando, un virus le comió todo el sistema operativo y se perdió casi toda la información, pero, como dice Hawking, con que una partícula se salvara de la catástrofe, todo podría reconstruirse. Y Boca está en proceso de reconstrucción.
La última vez que Boca había sostenido durante todo un partido los buenos y únicos quince minutos que mostró el domingo, había sido en marzo del 2012 por copa libertadores en la bombonera versus el Fluminense. Boca jugó aquella noche durante todo el partido como jugó los quince buenos del domingo. Todo el equipo en campo contrario, desbordando por todas partes al rival, creando numerosas ocasiones de gol, aplastando futbolísticamente a un Fluminense que se salvó de una goleada y convirtió las únicas dos veces que llegó.

Los jugadores de Unión jugaron un partidazo, se dejaron de bajas autoestimas y decidieron jugar. Una excelente idea de Sava la de modificar casi todo el equipo en un partido donde una derrota no habría sido motivo de grandes quejas. Y Lizio es tema aparte.
Boca no lo arrinconó durante más de quince minutos, pero es como los pacientes que después de décadas salen del coma por media hora y vuelven a dormirse, la familia y los hamigos conmovidos lloran de esperanza. El domingo, los familiares y hamigos de Boca tuvieron quince minutos que prometen avances. ¿Quién les va a quitar el derecho a ilusionarse?.
Todo el mundo dice que lo de Boca es pésimo, que la defensa no marca, que regalan pelotas increíbles, que patatín que patatán. Yo digo que a Boca solamente le falta calmarse un poco, recordar que no hay que atacar cada vez que se consigue la pelota, hacerla circular, darle descanso a la defensa, tomar más tiempo para elaborar las jugadas, tocar más, buscar más conexión entre los jugadores, no ir siempre para adelante, no tenerle miedo a tocar para atrás o para los costados. Lo mismo que hizo en los buenos quince minutos donde arrolló a Unión y no pudo convertir.

De Riquelme voy a hablar más en los siguientes días. Solamente le faltó puntería para ser el salvador de Boca y que todo el mundo hablara hoy de la importancia del 10. Boca pateó ocho veces al arco, dos veces Palacios y seis veces Riquelme. Con que entraran dos de las tres más claras que tuvo Riquelme, hoy estarían pidiéndolo para la selección.

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