Dedicatoria de un poeta
El año empezó en invierno, como todos los años, pero a mi me trajo aires de otoño.A mi me gusta leer poesía y debo añadir sin pudor que no se me da mal su recitado. Pero es que con poemarios como "Quizá un martes de otoño" es imposible no dejarse llevar por la cadencia, el ritmo y los silencios que Amando ha ido labrando en cada verso.
En su dedicatoria me hace cómplice de su desasosiego y es que él sabe de mi orfandad y lo que supone ir aceptando que la vida de nuestros amados padres no es eterna. Aunque él quiera eternizarla en esos huecos que el día le permiten ser mejor hijo.
He leído el poemario en orden y de un tirón. Lo he vuelto a leer abriendo al azar y dejando
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