Rafael Ossa Echaburu ha fallecido el pasado 19 de noviembre
a los 91 años de edad, como dice su esquela. Bilbaino nacido en Ondarroa fue un
histórico del periodismo bilbaíno, y por eso fue homenajeado en 2001 por la
cámara de Comercio de Bilbao.
Escribió libros como “Riqueza y Poder de la Ría, El Bilbao
del Novecientos (1900-1923)”; “Pastores y pelotaris vascos en U.S.A.”; “Bilbao:
un puerto en órbita, 1971”; “Crónicas desde Bilbao. Historia viva de años
cruciales, 1977”, entre otros. Ha sido periodista en El Correo Español-El
Pueblo Vasco y Director de La Gaceta del Norte. También ha colaborado con
los periódicos ABC, Informaciones, Pueblo, La Vanguardia, y en varios
semanarios de los mismos.
En 1975 recibió el premio "Periodismo Económico, Cámara
de Comercio de Madrid".
No le he conocido personalmente. Solo a través de sus
artículos y sobre todo por uno de sus libros: MUÑATONES-PUNTA LUCERO 1968-75, editado
en 1975 por
PETRONOR, la empresa donde empecé a trabajar en 1971 y me quedé hasta mi
jubilación en el 2000. Por eso es uno de los “tesoros” de mi librería. El libro
trata de la historia de los primeros años de Petronor desde su fundación en
1968 hasta 1975. El escudo del “Consulado, Casa de Contratación, Juzgado de
Negocios de Mar y Tierra y Universidad de Bilbao” preside la introducción escrita
por el autor. Rafael Ossa Echaburu también había sido nombrado Cónsul de Bilbao.
Dice que es un libro “que recoge afanes de hoy y refleja ilusiones de mañana en
base a la prosperidad de Vizcaya en el concierto de los pueblos de España”, y
que es un “Mínimo homenaje de respeto, admiración, gratitud perenne a quienes a
lo largo de más de tres siglos marcaron la personalidad de este pueblo de
comerciantes, ferrones y navegantes, dejando tras de sí ancha estela de
eficacia que es útil recordar pensando que todo recuerdo es no solo una
excursión recreativa por el tiempo pasado sino también una manera de
enfrentarse ante el futuro a la luz de una experiencia aplicada.”
Y sobre Bilbao escribe: “Muchas veces paseando por el Arenal
me preguntaba yo: ¿Cómo es posible que estos bilbaínos, conocedores del peso
que en la vida peninsular representa Bilbao, no tengan orgullo suficiente para
que su ciudad logre un peso suficiente adecuado en la política y en la cultura
españolas? ¿No convendría alimentar y potenciar su noble orgullo local y
conseguir que el pueblo bilbaíno, admirable potencia del futuro, adquiera la
fuerte voluntad de sí mismo? En la llama de esa voluntad estad ciertos que se
encenderían increíbles energías espirituales,”
Rafael Ossa Echaburu no sabía entonces que había hecho una
profecía que se hizo realidad cuando en 1997, hace este año veinte años, Bilbao
se puso en el Mapamundi cuando se inauguró el museo Guggenheim de titanio, y después
en 1999 el Palacio Euskalduna de Congresos y de la Musica, “uno de los buques
insignia del nuevo Bilbao del siglo XXI” como se dice en la página web, con
fachada de hierro simulando los buques construidos en los astilleros de la Ría.
La diferencia con muchos profetas es que Rafa Ossa Echaburu ha
podido contemplar la materialización de su profecía sobre la potencia de Bilbao.
Revista Ciencia
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