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Ramones - End Of The Century (1980)

Publicado el 21 febrero 2020 por Abacab @DMRblog
Ramones - End Of The Century (1980)ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.Pocos años antes de 1980 había tenido lugar una revolución que consiguió zarandear toda la escena musical. Fue la revolución punk, y su punto de vista no pudo ser más sencillo; canciones breves, un par de acordes, y actitud subversiva. La paternidad de esta revoltosa criatura suele atribuirse a los Ramones, si bien no es raro que los eruditos más sesudos trepen por el árbol genealógico.
Entre los antecedentes más clásicos suelen estar los legendarios The Stooges, con Iggy Pop al frente, los New York Dolls, MC5, o algún eslabón como The Dictators. En 1976 nuestros amigos Ramones debutan con su disco homónimo y se genera el acto fundacional más o menos canónico. Su quinto disco, “End Of The Century” es, a priori, una contradicción. En las tareas de producción está el mítico Phil Spector, creador del famoso muro de sonido y capaz de hacer de una canción pop de 3 minutos una auténtica épica wagneriana, a base de capas y más capas de producción.
Sin embargo, Ramones ejemplificaban lo contrario. Minimalismo y sencillez instrumental, escasez de arreglos y un acabado de serie b. ¿Qué podrían tener en común? En principio fue Spector quien, tras verlos en directo en 1977, se ofreció a producirles un disco. La invitación fue en ese momento rechazada, sin embargo, una razón tan poco punk como pulir su sonido y tratar de llegar a más gente fue impulsora de, tres años después, aceptar la proposición de Phil Spector. Incluso tenían cierto acervo musical común: el chicle pop de los 60, los grupos de chicas de esa misma década… No deja de haber, por cierto, bastante más sustancia melódica en los Ramones de lo que sospechamos. Para empezar, su nombre deriva del seudónimo que utilizaba Paul McCartney para inscribirse en los hoteles, allá en los albores de su carrera.
Había descaro, rabia, y ganas de diversión en Ramones, pero el punk como algo subversivo, nihilista y “filosófico” vendría mucho más formado de la mano de Sex Pistols o The Clash. Más allá de la pertinacia o reincidencia en las mismas estructuras musicales, Ramones siempre tuvieron un espíritu pop dentro de sí, que aderezaban con furiosos guitarrazos aquí y allá. “End Of The Century” es, con diferencia, su disco más pulido, arreglado y limpio. Quizá por eso, con el decurso de los años, el grupo no ha guardado especial simpatía por la obra. Lo cual no tiene por qué tener relevancia; a veces los autores son los jueces más extravagantes de sus propias obras. Lo que sí consiguieron fue la mejor posición en los charts de EE.UU (puesto 44 en el Billboard) y un razonable éxito Europa. No debemos olvidar, no obstante, que aunque influyentes y casi legendarios, nunca han sido un grupo superventas.
El proceso de grabación en los Gold Star Studios de Hollywood es tan famoso como el álbum en sí. El temperamento de Phil Spector era sanguíneo hasta bordear psicótico, lo que unido a un afán de perfeccionismo patológico dio como resultado, según dice la leyenda, a que el enloquecido (pero talentoso, que conste en acta) productor llegase a encañonar con un revólver a la banda. Por no mencionar las interminables sesiones en las que el grupo, pero sobre todo Johnny Ramone, tenía que repetir la misma parte durante horas.
Sea como sea, a pesar de polémicas y armas de fuego diversas, “End Of The Century” me parece un disco magnífico. Conserva la esencia divertida y gamberra de Ramones y se ve complementada, pero nunca eclipsada, por lo sofisticados arreglos de Phil Spector. Se trata, además, de una obra regular donde, picos de calidad aparte, no hay altibajos en el nivel melodías. También nos dejó algún clásico de la banda como “Baby, I love you” (versión de The Ronettes) y “Do you remember rock 'n' roll radio?” Apenas dura 34 minutos, plenos de esencia lúdica, traviesa y algo salvaje. Es decir, por mucho arreglo que haya, un estilo totalmente “ramoniano”.
La banda sufrió una alteración respecto a la formación de sus primeros discos. El batería Tommy Ramone (Tamás Eldéryi), coproductor junto con Toni Bongiovi de las anteriores obras, dejó la banda para ser sustituido por Marky Ramone (Marc Steven Bell). El resto de los componentes son, digamos, la formación clásica: Joey Ramone (Jeffrey Ross Hyman) en las voces, Dee Dee Ramone (Douglas Glenn Colvin) en el bajo y Johnny Ramone (John William Cummings) a la guitarra. Tampoco podemos dejar de vincular Ramones con la escena neoyorquina del CBGB y la talentosa efervescencia de grupos como Blondie, Talking Heads, o Television.
En cualquier caso, se trata de un disco luminoso y disfrutable, que puede ser fácilmente identificable como “el disco punk para los que no les gusta el punk”. Disfruten de sus pop guitarrero e hipervitaminado mientras analizamos las canciones.
ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Do you remember rock 'n' radio?”: Toda una celebración nostálgica del buen y viejo rocanrol. Comenzamos con una canción que es puro jolgorio y diversión. Notamos la mano de Phil Spector en sus suntuosos arreglos de viento, el resonante eco de la percusión y en el “horror vacui” general de la producción. Es difícil reconocer la guitarra de Johnny Ramone, pero la entregada interpretación de Joey suple afortunadamente esta carencia. Todo un clásico de la banda, bullicioso y dicharachero. Son encantadoras sus referencias a Jerry Lee Lewis, John Lennon o los T. Rex. No solo se queda en la nostalgia, en un momento dado la letra dice algo así como: “Necesitamos un cambio y lo necesitamos rápido, antes de que el rock and roll desaparezca, porque últimamente todo suena igual”. Fue single y, con el tiempo, una canción relevante.
2. “I’m affected”: Las guitarras comienzan a ganar protagonismo, pero sin olvidar los viejos trucos de producción del viejo Phil (esa batería retumbante). Directa como un tiro, curiosamente no es la versión más soleada y alegre de los Ramones, habiendo incluso cierto dramatismo. La capacidad de la banda para inscribir estribillos memorables en nuestra cabeza se muestra de forma diáfana.
3. “Danny says”: Suena inusitadamente lenta para ser una canción de Ramones. De hecho, comienza de forma acústica, hasta que Johnny entra de forma poderosa y alimenta el componente eléctrico. Supone una bajada de revoluciones, para lo que en términos “ramonianos” sería una balada. La melodía es buena, pero no seduce en demasía. Podría ser que estuviera dedicada a Linda Daniele, la novia de Joey en ese momento y que en 1982 pasaría a ser la de Johnny Ramone, provocando ciertas disensiones en el grupo.
4. “Chinese rock”: Ramones haciendo rock puro y duro, donde no faltan las guitarras al galope, la melodía desafiante y la sensación de adrenalina. Especialmente marcado es el estribillo, y además Johnny Ramone parece que quiere ponerse algo (solo un poco) más épico que de costumbre. Una de las canciones más sólidas del disco. Escrita por Dee Dee Ramone y Richard Hell (músico de la escena neoyorquina), habla sobre la adicción a las drogas, queriendo seguir la línea de “Heroin”de The Velvet Underground. El parecido es más lírico que otra cosa.
5. “The return of Jackie and Judy”: Más electricidad, aunque algo más domada. Rock directo, saltarín y despreocupado. Se trata de una especie de punk pop de buenas vibraciones y pegajosa melodía, además de tener una notable influencia del rock de los años 50. Podría considerarse una continuación de “Judy is a punk”, de su disco debut.
6. “Let’s go”: Más plenamente punk que la anterior; comenzar a escucharla es un chute de electricidad y acordes fulgurantes. Esta canción es puro Ramones, divertida, rápida, sencilla y furiosa. Entre lo macarra y lo melódico, la canción es tan simple como la letra, y el mensaje. Es un gusto que también en “End Of The Century” se escuche a la banda bien engrasada y en estado cristalino, sin aditivos. La letra es una especie de mezcla entre diversión y menciones un tanto extrañas a la vida de mercenario.Ramones - End Of The Century (1980)7. “Baby, I love you”: Una canción controvertida para los seguidores y para la propia banda, que no acabó contenta con el resultado final. Es una de los temas más pop y acaramelados que hayan tocado jamás. No es un gran problema, ya hemos dicho que a los Ramones les encantaban los grupos de chicas de los 60, y esta canción es una versión de The Ronettes. Dentro de lo incómoda que debió ser la grabación del disco, lo concerniente a esta canción pudo uno de los puntos álgidos de desencuentro. Se dice que solamente participó Joey Ramone y que el resto fueron sustituidos por músicos de sesión. Los arreglos de cuerda de Phil Spector son simpáticos y elegantes, pero ahogan la esencia del grupo demasiado. Curiosamente fue una de sus canciones más exitosas en los charts.
8. “I can´t make it on time”: Volvemos al punk pop altamente melódico, con el referente puesto en los años 50, pero con contundentes guitarras de finales de los 70. Liviana y despreocupada, se tararea sin dificultad y resulta incluso agradable. Buena canción. La letra sencillamente habla de alguien que nunca está a tiempo en el lugar donde debería estar.
9. “This ain’t Havana”: Regreso al punk total con quizá la canción más vertiginosa del disco. Es casi imposible no ponerse a dar botes y chocar contra las paredes mientras se escucha. Johnny Ramone desenfunda sus rapidísimos acordes, mientras Joey lanza un estribillo sencillísimo y eficaz. Es una canción para los que gusten aunar adrenalina conservando algún sentido de la melodía. Líricamente se relaciona con “Havana affair”, canción de su primer disco que hablaba de un emigrante de Cuba que comenzaba a colaborar con la CIA.
10. “Rock 'n'roll high school”: Esta canción tiene su origen en la banda sonora de una película del mismo nombre, y existen tres versiones distintas de ella. La incluida en este disco esta completamente regrabada por Phil Spector y se diferencia de las dos previas, entre otros detalles, en algunos compases iniciales. Sea como sea es una canción cuyo título es a la vez una perfecta descripción; suena como la banda sonora que escucharían unos gamberros de instituto en los últimos 70. Rock impetuoso, desenfadado y alborotado. Las variaciones que hace Joey Ramone del estribillo son una delicia para los amantes de la música de los sesenta.
11. “All the way”: El sonido inicial suena ahora más oscuro, con unos acordes más broncos y distorsionados. Tras esta “intro” nos adentramos en una canción punk de alto octanaje, donde la banda va al ataque y arrasa con todo. Véase como los Ramones fueron una de las fuentes de futuros grupos como The Offspring o Green Day. Breve y afilada como un navajazo. Perfecta para un hipotético pogo.
12. “High risk insurance”: Casi parece una continuación de la canción anterior. Breve, impetuosa y fogosa. La decisión de los Ramones es acabar el disco pisando el acelerador y hacer lo que mejor saben, divertidos aguijonazos de pura y divertida rabia. Este final de disco acaso sea el más propio del estilo de los neoyorquinos, dando rienda suelta a su particular, y primigenia, versión del punk. Hubiera sido demasiado artificioso acabar con uno de los barrocos arreglos de Phil Spector; de este modo el regusto que queda es la esencia misma del grupo. La letra aporta cierto contenido político y contiene una defensa del criterio independiente del individuo.
RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.“End Of The Century” es el disco de los Ramones que mayor espectro de aceptación puede encontrar fuera de los seguidores de la banda. El exquisito barroquismo de Phil Spector lima las partes más puntiagudas de su música, pero el precio que se paga no sepulta la electricidad; los aficionados más adrenalínicos también tienen jugoso material al que hincarle el diente. Unas de las conclusiones del disco, por lo tanto, es que, si alguien quiere escuchar un disco de los Ramones sin zambullirse en la discografía entera, aquí hay una buena opción.
Otros discos volverán a ser más punkarras, y en algunos casos puntuales volverán a flirtear con el pop (escúchese su canción “Howling at the moon (Sha-la-la)”, producida por Dave Stewart en 1984). En cualquier caso, con los Ramones siempre nos encontramos con la disyuntiva de valorar lo reconocible de su fórmula y sonido, o bien censurar la escasa variedad musical de la que hicieron gala. ¿Insobornables o repetitivos? Acaso un poco de ambas cosas, pero en última instancia es un grupo de amplísima influencia cuya música siempre insufla un torrente energético, vital e imparable.

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