Según datos publicados en el British Medical Journal, bajar el consumo de grasas trans en solamente un 1% disminuiría 11,000 ataques cardíacos y habría 7,000 menos muertes al año.
Un poco de ayuda es mucho en estos casos. Tan es así que este tipo de grasas ya están prohibidas en Dinamarca, Nueva York, California, Suiza y Austria. Ahora ustedes quítenlo de sus dietas, lean las etiquetas.
