Revista Cultura y Ocio

¿Raros? No, ¡especiales!

Por Eltiramilla

Cuando un libro cuenta la historia de un personaje inusual y diferente a las personas de su alrededor a causa de un trastorno del comportamiento, esta historia suele interesar. Si además ese personaje es tan humano y tan real que podría vivir en nuestro barrio, estamos ante una obra realista que nos acerca una historia con la que podemos empatizar y conocer, de forma más cercana y detallada, aspectos de la vida de esa persona que seguramente hasta ese momento nos hayan pasado desapercibidos.

En la literatura juvenil, muchas obras son las que tratan de cerca algunos trastornos del comportamiento tales como el autismo, la rebeldía, la agresividad, la bipolaridad, el déficit de atención… Por ejemplo, uno de los trastornos más conocidos y explotados en la literatura, el cine y la televisión es el Síndrome de Asperger, que afecta entre otras cosas a la relación y la comunicación del individuo con sus semejantes.

Algunos ejemplos de obras basadas en niños y adolescentes con algún trastorno que los hace singulares son El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon; Memorias de un amigo imaginario, de Matthew Dicks; Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky; o incluso La lección de August, de R.J. Palacio, donde el trastorno esta vez es físico, y no psicológico.

Los pequeños protagonistas de obras como estas son a menudo tildados de extravagantes, frikis o incluso de lunáticos por ser diferentes. Por desmarcarse del resto. Muchas veces tan sólo tienen manías muy particulares o filosofías de vida alternativas, pero con eso ya basta para que muchos consideren raros a estos individuos y marquen la etapa más influyente de sus vidas. Por haber roto con lo establecido.

En el primer trimestre de este año he tenido la oportunidad de leer dos historias que rompen, como digo, con lo habitual. Dos libros diferentes, con protagonistas muy especiales. Sus autores nos han hecho partícipes de sus sentimientos, ideologías, inquietudes y, cómo no, de sus reacciones ante cada mínimo estímulo. Estos dos libros son Parco y Muerte a los coches.

A lo largo del libro podemos vivir cada conversación como nuestra y entender por qué rechaza todo tipo de ayuda. Por qué siente que la vida es miserable. La razón por la cual cometió el crimen es sólo una de tantas preguntas que viene a nosotros, y no la única. Los psicólogos, los compañeros del reformatorio, el personal de seguridad, los amigos… Todos nos ofrecen un punto de vista distinto y complementario que nos ayuda a meternos en la piel de Parco y sentir repulsión, lástima, comprensión e incluso ternura por él. Como era de esperar, el autor ha tejido una trama con suma delicadeza, haciéndonos llegar hacia el final del libro a la mejor conclusión posible.

En Muerte a los coches (SM), de Blake Nelson, tenemos a James, un chico de diecisiete años que vive indignado porque nadie parece darse cuenta de que nuestro mundo, tal y como lo conocemos, se va a tomar viento por culpa del implacable y todopoderoso consumismo. La historia se nos presenta a veces en forma de diario personal y otras en forma de conversaciones o cartas con sus profesores. Es frío, crítico, sarcástico y cruel con cada palabra que sale de su boca, dando una imagen de tipo raro y repelente a sus compañeros de instituto y autoexcluyéndose de forma inconsciente de cualquier grupo social desde el primer momento.

Estos rasgos de su personalidad son anecdóticos para nosotros (el libro es bastante divertido), pero para él, sin embargo, son un problema, pues tiene conflictos no solo con sus propios compañeros o profesorado, sino en el propio ámbito familiar. Como colofón, el hecho de ser un bicho raro tampoco se lo pone demasiado fácil con las chicas.

Los protagonistas de ambas historias tienen una personalidad muy marcada y muy real. Aun en el mundo que les rodea (un reformatorio y un instituto, respectivamente), son dos personajes que se diferencian claramente de los chicos de su edad. Piensan y actúan de una manera determinada debido a que sus motivaciones son diferentes a las del resto. Uno es un rebelde con causa y el otro un ingenuo que pretende un imposible. Se protegen del mundo con un fuerte escudo que impide a su vez la reciprocidad de sentimientos y socialización con su entorno. Esto es algo bastante común en chicos con trastornos de conducta, pero solo profundizando en el tema podemos llegar a conocer de primera mano la filosofía y la motivación de sus actos. En este sentido, tanto Jordi Sierra i Fabra como Blake Nelson diseccionan a sus personajes con maestría para ofrecernos cada palabra que guardan en su interior y descubrir que, aun siendo diferentes, conflictivos, testarudos y orgullosos, Parco y James son dos chicos honestos, leales, inocentes y, por supuesto, muy carismáticos.

Dos magníficas historias que, aun teniendo perfiles psicológicos dispares, están llenas de momentos geniales. En ocasiones crudos y tristes y en otras emotivos e ingeniosos, pero todos fantásticos porque sus autores han conseguido hacerlos creíbles.


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