Revista Cine

RASHOMON (1950) de Akira Kurosawa

Publicado el 16 mayo 2012 por Loquecoppolaquiera @coppolablogcine
RASHOMON (1950) de Akira Kurosawa
Tres personajes, un monje budista, un leñador y un peregrino se refugian de la torrencial lluvia en las ruinas del templo de Rashomon en el Japón de las guerras feudales del siglo XII. Los personajes se encuentran confusos y sorprendidos por unos hechos que han ocurrido tres días atrás, el asesinato de un samurai a manos de un conocido bandido, llamado Tajomaru, y la violación de la mujer del samurai a manos de éste. Se somete a juicio lo ocurrido y a partir de aquí vamos a tener cuatro maravillosos flash-backs en los que se nos van a narrar los sucesos ocurridos desde cuatro diversos puntos de vista: el punto de vista del bandido, el de la esposa del samurai asesinado, el del leñador atormentado, que es el único testigo de los hechos, e incluso tenemos el punto de vista del asesinado, que habla a través de una medium para dar su versión de los hechos.
Decimos versión de los hechos, porque Kurosawa lo que nos quiere transmitir en ésta película es una visión vital extremadamente pesimista, claramente influenciada por el año de rodaje del film, 1950, en un Japón desolado despues de la 2º Guerra Mundial, Japón representado por el Kyoto del siglo XII, otro Japón arrasado por las guerras. En realidad ese juicio para Kurosawa es una metáfora de un juicio a toda la humanidad, a la condición humana. Todo es relativo, nada es real al cien por cien, todo el mundo miente, o más que mentir da su visión de los hechos, todo el mundo es egoísta, todos miran por su propio interés y por defender su  honor, aunque para ello mientan.
Todo es confuso, el monje budista al principio del film repite “no entiendo nada, no entiendo nada”, y según avanza el metraje de la película entendemos por qué. Cada una de las cuatro versiones es distinta, y no sabemos quien miente y quien no, incluso los personajes reflexionan sobre si un muerto (el samurai a través de la medium) puede mentir para dar su propia versión. Nunca hay que fiarse de las apariencias. La verdad absoluta no existe, todo es subjetivo, y la violencia puede estallar en cualquier momento, sin ningún sentido, Kurosawa en este juicio condena a la humanidad, nadie es completamente inocente. El público se convierte en jurado, los personajes durante el juicio hablan con primeros planos a la cámara, se dirigen a nosotros, en ningún momento vemos a los encargados de juzgar los hechos, porque somos nosotros, y el objetivo es que no seamos capaces de dictar sentencia a favor de unos u otros.
RASHOMON (1950) de Akira Kurosawa
El samurai según las versiones que los personajes van narrando, puede ser noble y valiente, o puede ser un ser siniestro y cobarde, el bandido puede ser detestable y cruel, o puede ser humano y sentimental, la esposa no es inocente y pura, puede ser lasciva y fría, todo cambia según quien nos lo cuenta, incluso el leñador inocente y bonachón puede mentir.
El guión es de altísima calidad, muy sólido, y la puesta en escena también, además los actores realizan interpretaciones magistrales, sobre todo destacar a Masayuki Mori en el papel del samurai, sin olvidar al actor fetiche de Kurosawa, Toshiro Mifune, en la interpretación del orgulloso y lascivo bandido.
RASHOMON (1950) de Akira Kurosawa
Toda la trama se desarrolla en tres escenarios, la ruinosa puerta del templo de Rashomon, devastado y en ruinas, y con una lluvia torrencial, que acentúa esa desolación y sirve al director para diferenciar el espacio del presente en la narración, desde el cual viajamos a la “corte” donde se celebra el juicio a los protagonistas del incidente, y al soleado claro del bosque donde ocurrió todo, tres días antes.

Técnicamente el fin es muy novedoso también, por ejemplo una de las escenas más magistrales, para mi gusto la mejor del film, es la narración de la esposa del samurai. Durante esta escena, ella se muestra atormentada ante la mirada y el rostro de su marido, es una escena angustiosa, terrible, pero en ningún  momento Kurosawa necesita mostrarnos el rostro del marido, el objeto de la angustia de su esposa, para transmitir la tensión, solo durante unos breves segundos vemos ese rostro, al principio y final de la escena, que rezuma maestría en todo momento.
La música es también un elemento muy importante de la película, obra de Fumio Hasayaka, nos conduce por el escenario del bosque en el que ocurren los hechos, de manera magistral. Kurosawa había pedido al compositor que compusiera un bolero al estilo del bolero de Ravel, y el resultado es una magnífica pieza, genialmente utilizada en momentos como la escena que acabamos de comentar, dicha escena es una fusión de imágenes y sonido que nos transmite una tremenda tensión ante lo que vemos (que en realidad no vemos).

Otro elemento arriesgado y novedoso que usa el director es durante la escena de la narración del espiritu del muerto a través de la medium, es una de las primeras veces en la historia que a través de un personaje femenino se escucha una voz masculina, es un elemento muy utilizado en la actualidad y que ahora no sorprende, pero en los años cicuenta era algo prácticamente impensable. Y un tercer elemento es un “plano imposible” cuando el leñador encuentra el cuerpo muerto del samurai, un plano en el que vemos desde el punto de vista del asesinado, es un elemento que ya había utilizado Eisenstein en el Acorazado Potemkin por primera vez, esto son genialidades de estilo que solo los grandes genios saben aplicar con maestría.
RASHOMON (1950) de Akira Kurosawa
Por tanto estamos ante quizás la que podemos considerar primera obra maestra de Akira Kurosawa, es un Kurosawa en sus inicios, puliendo su estilo propio, ya dando muestras de que va a ser uno de los grandes del cine. Es una pelicula que abrió las puertas del mundo al cine japonés, cerrado en sí mismo y con pocos medios tras la destrucción de la guerra. La película fue la gran triunfadora en Venecia , donde ganó el León de Oro, y ganó el Oscar a mejor película extranjera.
“Aquí, en la puerta de Rashomon, vivía un demonio y dicen que se fue porque tenía miedo a los hombres.” El peregrino (Rashomon)
ANTONIO JAVIER REGIDOR PUERTO

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