Revista Ilustración

Raúl

Por Davidrefoyo @drefoyo
RAÚL
Cuando Raúl marcó su segundo gol de la noche, destapé una admiración hacia el 7 que desconocía por completo. Un jugador con su palmarés, con el dinero que ha acumulado en sus largos años como profesional, no tiene por qué comportarse como se comporta él. Mientras otros huyen a China o Qatar en busca de dinero, Raúl se fue a Alemania, a competir, a ganar. A enseñar a los que vienen detrás que con esfuerzo todo se puede, porque Raúl es un jugador tremendamente limitado, pero con una capacidad de trabajo y sacrificio que le ha mantenido en la élite del fútbol europeo durante casi veinte años.
Anoche, frente a un gigantesco Athletic, demostró que tiene cuerda todavía, que no se esconde en las grandes citas y que la picardía que siempre le sirivió para triunfar sigue intacta. Así se lo reconocieron los propios jugadores vascos, prendados de la leyenda que envuelve al mito ex-madridista. Porque un jugador con tres Copas de Europa, unas cuantas ligas y otros torneos, no puede ser considerado otra cosa que un futbolista legendario.
Fue la exageración lo que condenó a Raúl a la inquina de los aficionados no madridistas. La exageración de la prensa por hacer pasar al 7 como el sucesor de Maradona. De haber recibido un trato justo, natural, no forzado, hoy sería reconocido en toda su amplitud como un ejemplo, como un gran capitán, pero ese tratamiento artificial y mecanizado de la prensa y de Florentino Pérez lo condenó para siempre. Aquellas campañas mediáticas en contra de Luis Aragonés y de todos aquellos que osaban decir que había futbolistas mejores en España, sepultaron su reputación.
Ha tenido que exiliarse en otro país para que le reconozcamos su grandeza, para que admitamos que sí, que se trata de uno de los mayores ídolos futbolísiticos de España moderna. Un futbolista querido y aplaudido por los grandes entendidos que vieron, precisamente, en sus limitaciones técnicas la característica más importante de su fútbol, reinvindicativo, heredero de Juanito y esos futbolistas de raza de antaño. Ahora, sin el peso del escudo del Real Madrid, sin la constante crítica a las listas de los diferentes seleccionadores y lejos de la prensa española, disfruta de una segunda juventud, demostrando que podrán quitarle el sitio porque son mejores, pero no porque le pongan más ganas. Y eso lo saben de sobra en el Shalke 04. Por eso quieren renovarle otro año.

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