A lo largo de las últimas semanas hemos ido repasando los datos relativos a las emisiones equivalentes de CO2, lo que llamamos la Huella de Carbono, de origen difuso en la provincia de Almería. El interés era y es usar uno de los múltiples enfoques válidos para evaluar la sostenibilidad de este territorio y plantear áreas de actuación preferentes e incluso acciones concretas con las que hacerlo.
En este sentido hace unos días nos llamó la atención este titular: Diez empresas emiten el 65% del CO2 procedente de sectores industriales y energéticos de España y mucho más el contenido íntegro del reportaje.
Tras haber manejado los datos de Almería, cuya Huella de Carbono de origen difuso total en 2007 fue de 3 millones 790 toneladas, leer en el artículo el siguiente párrafo nos llamó mucho la atención:
“Las emisiones de carbono de un país dependen de sectores fijos (instalaciones industriales y energéticas) y sectores difusos, que son el resto de emisiones. La proporción en España es, dependiendo de los años, del 45% para sectores fijos, y del 55% para el sector difuso, aproximadamente. El problema es que para posibilitar un cambio en el comportamiento de los sectores difusos son necesarios cambios en el transporte, en la calefacción, en el sector residencial, que suponen cambios de comportamiento de toda la sociedad, mientras el resto de los cambios, en los fijos, supone modificar los procesos o el comportamiento de estas pocas empresas”
No podemos estar más de acuerdo en torno a cómo plantea la responsabilidad en la reducción de emisiones y la capacidad de llevar a cabo los diferentes cambios de comportamiento necesarios para afrontar los retos que supone la sostenibilidad. Sin embargo es el dato sobre el reparto de emisiones entre los sectores fijo y difuso lo que más nos intriga.
Y es que de cumplirse lo señalado por Fernando Prieto sobre el porcentaje que suponen las emisiones difusas y extrapolándolo al territorio de la provincia de Almería aún cuando esto supone una limitación considerable, las emisiones esperadas del sector fijo, de acuerdo a lo cuantía de las difusas, serían unas 3 millones 100 mil toneladas.
Sin embargo, observando esta imagen, con el Top Ten de las instalaciones fijas más contaminantes, vemos como sólo la Central Térmica de Carboneras, en la provincia de Almería, genera 4’4 millones de toneladas, casi un 15% más que el total de emisiones difusas de toda la provincia y un 30% más de lo esperable a tenor de la media en todo el estado español.
Sin embargo, no cabe entrar en explicaciones concretas para encontrar sentido a esta diferencia, pues se dan varias y cada una dependerá de un enfoque, sino que para nosotros hay un hecho que destaca de estos datos y debe tenerse en cuenta tanto en relación a la Huella de Carbono como en general a las políticas y estrategias de sostenibilidad, y es la necesidad no sólo de conocer el territorio al que se refieren, sino sobre todo tener en cuenta al mismo.
Así, valorar la sostenibilidad de la provincia de Almería tomando como referencia su Huella de Carbono global y valorar la necesidad de determinadas actuaciones de reducción sin tener en cuenta que la misma alberga una de las cinco instalaciones que mayor número de emisiones genera a nivel estatal, aún cuando la energía que dicha instalación genera se distribuye por un territorio aún mayor, es penalizar a la misma. De ahí la necesidad de tener en cuenta estas circunstancias y valorar sus peculiaridades a la hora de valorar la amplitud y tipo de medidas a tomar en torno a la sostenibilidad en un territorio.
Algo así ha pasado en el reparto de la Huella de Carbono derivada de las emisiones de origen difuso, algo que abordaremos en una próxima entrada.
Puedes consultar la fuente original del artículo comentado en Diagonal Periódico: http://www.diagonalperiodico.net/global/20984-top-ten-empresas-mas-contaminan.html
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