Científicos franceses crearon y usaron con éxito sangre artificial, al cultivar las células rojas en el laboratorio y transfundirlas a un voluntario.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Pierre y Marie Curie de París, dirigido por Luc Douay, logró extraer células madre hematopoyéticas (aquellas que se producen durante el proceso de formación de la sangre) de la médula ósea de voluntarios.
Utilizando sustancias especiales, llamadas factores de crecimiento, estas células fueron cultivadas hasta que se convirtieron en glóbulos rojos. Las nuevas células fueron marcadas para facilitar su monitoreo.
Los científicos transfundieron unos 10.000 millones de células (cerca de 2 mililitros de sangre) al donante del cual obtuvieron las células madre.
Al pasar cinco días, más del 94% de esas células permanecieron en el organismo del voluntario. Después de 26 días, quedaba poco más del 63%. Este potencial de supervivencia es semejante al de los glóbulos rojos comunes. Recomiendo leer el articulo (vida sedentaria, un camino mas rapido a la tumba)
Así, el resultado fue que las células obtenidas en el laboratorio resultaron ‘inofensivas’ para el organismo, es decir no se convirtieron en células malignas y cumplieron normalmente sus funciones que es transportar el oxígeno a los tejidos del organismo.