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Frecuentemente escucho personas vanagloriándose porque dominan la multitarea. ”Es la única manera de trabajar” o “así es que logro sacar el trabajo” son sólo alguno de los comentarios que utilizan para justificar este mal hábito. Si lo leyó bien, mal hábito. El que práctica la multitarea nada tiene de productivo.
Al intentar realizar más de una tarea de manera simultánea, la productividad se le desploma. La calidad de lo que produce se afecta. La multitarea no permite concentrar toda la atención en completar una tarea con calidad. Intenta concentrarse en dos o más cosas, pero la realidad es que no lo logra. Cada vez que cambia de tarea, pierde la concentración y pierde el tiempo intentando retomar donde se quedó. El que piensa que logra hacer más en menos tiempo al practicar la multitarea, se está engañando. Por el contrario, le toma más tiempo.
No existe justificación alguna para la multitarea. El que practica la multitarea termina con:
- múltiples tareas inconclusas
- resultados de inferior calidad
- tiempo desperdiciado
Es posible que algunos disfruten de la euforia que acompaña el realizar muchas tareas a la vez. Sin embargo, con el tiempo esa euforia desaparece y el cansancio y la tensión se apoderan.
Una tarea a la vez. Suena simple pero a la larga es lo que realmente funciona.