‘rebelde’ (‘war witch’): el resistente espíritu humano

No está basada en una historia real. Pero lo podría estar. Es como la vida misma, pero en lugares lejanos donde el valor de la vida es diferente al que conoce el ciudadano occidental. Cruel y desgarradora, Rebelde conmueve desde el primer minuto hasta el último. Por momentos delicada y por otros furiosa, esta cinta estuvo nominada a los Oscar por Mejor película de habla no inglesa. No lo ganó, pero no hubiese extrañado si se hubiese quedado con la estatuilla.

El tema central es duro. Junta dos palabras que nunca deberían estar unidas. Niños y guerra. Sin embargo, la unión de estos dos términos lleva a las historias más crueles, presentes en este planeta, particularmente en el continente africano.  Grabada en su totalidad en Congo, narra la vida de una pequeña niña (Komona) de apenas 12 años que es secuestrada por el ejército rebelde para formar parte de sus filas. Ante la particular manera que tiene Komona de salvarse en momentos de batalla, la nombran bruja de la guerra. Convencida por su amigo albino Mago  que deben escapar para casarse y vivir en paz, Komona busca las forma de salvarse de combatir en la guerra. Ante este crudo ambiente, la dureza de algunas escenas, igualmente suavizadas (podrían ser peores), son el pretexto para denunciar la participación de los jóvenes en guerras que no comprenden.

Komona, con una interpretación perfecta de Rachel Mwanza que le valió el Oso de Plata a la Mejor actriz en la Berlinale 2012, representa a todos los niños soldados involucrados en unas situaciones tan lamentables como violentas. Mwanza imprime en Komona un sentimiento de impotencia y de frustración, a la par que se nota un grado de ilusión propia de un niño de su edad. La actriz congoleña emociona mientras transmite amor, belleza y emoción. Su director, el canadiense Kim Nguyen, que también es guionista, filma su cuarto largometraje tras Le Marais, Truffe y La Cité. Un diez para Nguyen, que supo cómo contar una historia complicada dentro de un tema delicado.

Este relato desgarrador, que irradia misticismo a través de una banda sonora que se transforma en el estado de ánimo del filme, alecciona sobre el espíritu humano en una situación injusta y más que desfavorable. Komona, junto a su inseparable amigo Mago, simbolizan la supervivencia, la resistencia y la voluntad de los seres humanos que aprecian el verdadero valor de su vida. Con aires mágicos y espirituales ligados a una cultura ancestral, Rebelde resulta tan conmovedora como despiadada. Imperdible.