Hay un blog por ahí que está teniendo mucho éxito entre los amantes de la cocina tradicional. Se trata de Las recetasde la mamá. Vamos a ver si somos capaces de recrear este “nuevo” plato que vuelve a estar de moda: Españolizar España.
Ingredientes para 46 millones de personas: 1. Un grupito de gente que tiene el poder y no está dispuesta a entregarlo. 2. Todos los medios de comunicación disponibles (si se escapa alguno no pasa nada, se compra). 3. Un bastante de escuelas privadas (también sirven las concertadas). 4. Un buen puñado de religión afín a nuestras ideas. 5. Cójase también algo de fuerzas de seguridad del Estado. 6. También nos servirá un bastante de dinero procedente del mundo financiero. 7. El ingrediente principal será un buen puñado de pueblo muy desinformado y cándido. 8. Una pizquita de miedo y algunos decretazos. 9. Bastante de mayoría absoluta. 10. Un ministro que hable mucho y al que se le vea el rabo.
Proceso: A) Cójase un gran puchero con forma de piel de toro. B) Para asegurarnos bien del éxito le ponemos un poco de aceite; la sal y las especias no hacen falta, van en los mismos ingredientes relacionados. C) Encendemos el fuego.
Ponemos el ingrediente 1: Unas pocas familias de toda la vida y algunos advenedizos que callarán y colaborarán porque sabrán que son unos elegidos. Luego va el número 2. Es imprescindible echar poco a poco la prensa, la TV, la radio… se nos escapa Internet, pero ya haremos las leyes para controlarlo. Importante: Estos ingredientes tienen que ir bien cargados de deporte, sucesos, basura, periodistas y tertulianos comprados que desinformen bien. Los ingredientes fundamentales son los del número 3: El adoctrinamiento desde las escuelas que incluirán un bastante de fracaso escolar que nos dará algún disgusto pero que mantendremos a raya con el código penal. Se les enseñará a no pensar. De eso que llaman “espíritu critico” nada de nada. El número 4, la religión, aunque se lleve un buen tajo de billetes, es muy importante para que la gente piense que se “hará justicia en el otro mundo”. Esto le da un toque especial y misterioso y nos quita un problema de encima. El ingrediente 5 es importantísimo. También se lleva un buen pellizco pero es importante para la Defensa nacional: Para que a nadie se le ocurra invadirnos y sobre todo para que no nos “invadan” los de dentro. El orden es el orden (dentro del guiso). Es preciso añadir ingrediente del apartado 6. Sin los Bancos no se puede hacer nada. Luego si el guiso resulta bueno ya se les compensará con los pingües beneficios extraídos. Echaremos el 7. Un pueblo desinformado, cotilla, sin nada dentro ni fuera… y que no se nos olvide: Cuanto más cándido, dócil e ignorante, mejor. Número 8. Para que resulte más sabroso para nosotros, con algo de miedo saldrá un buen guisopo. Somos expertos en echar pellizcos de estos. Una vez tengamos todo bien removido, hay que echar el 9. Sin el ingrediente “mayoría absoluta” no puede salir bien la comida. Hoy en día no te puedes fiar del “bipartidismo”. Si remueves después de echar este ingrediente, la gente se hace la picha un lío con un montón de Partidos y hay que ponérselo fácil para que no se confunda. De los nuestros, sólo uno. A partir de ahí acabaremos el guiso con el cocinero que queramos (el ingrediente nº 10), haremos con él lo que nos dé la gana… y nos podremos comer bien a gusto nuestro plato favorito: El poder, el dinero. Esta “materia prima” contendrá gente (presidente y ministros) que parecerán indolentes a ser posible (el jefe, poli bueno) para no provocar un sabor demasiado amargo. Se irá con cuidado en no echar demasiado zorro para que cuide el gallinero (ejército) (o vigilarlo de cerca para que no se pase), pero sobretodo se procurará no poner en la salsa educación a alguien que piense que todo tiempo pasado fue mejor y que no haga ni diga inconstitucionalidades provocadoras provenientes de tiempos pasados en los que una gallina marcaba nuestra bandera. Con este tipo de provocaciones habría que pactar con los comensales y darles demasiada parte del cocinado.
Con todo esto habrán logrado un puchero buenísimo para españolizar a España. Mal provecho a quien pueda comer de él.
Caña a quienes con su ignorancia piensan que van a comer un poco.
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Juan-Lorenzo [email protected]