Estamos en pleno verano. Yo recién mudada a Madrid. Trabajando jornadas maratonianas en mi nuevo empleo. Aprovechando mis días libres para visitar ese gran almacén de color azul y amarillo para, poco a poco, ir equipando el nuevo piso de enseres necesarios para desarrollar una vida medianamente normal. Llevo una semana sin apenas pegar ojo, no sé si por las altas temperaturas, el nuevo colchón o porque me apetece estar en la ciudad tanto como que me extraigan una muela. O bien una combinación de las tres situaciones, y alguna más. La cuestión es que parece que todo el mundo está de vacaciones, y yo siento unas ganas enormes de poder escapar. Ayer mismo me dijo un amigo que necesitaba un finde de desconexión. Para mí que necesito un año entero, pero el fin de semana tampoco lo rechazaría.
De momento no se va a dar el caso, pero nada ni nadie impedirá que siga soñando… Para ello me sirve uno de mis nuevos pasatiempos, Pinterest (en concreto, este tablero), y una de mis antiguas pasiones, la cocina…
Y este helado me transporta directamente a Italia. De hecho, pregúntale a la mayoría de adultos cuál es su sabor preferido de helado, y si han pasado algún tiempo en Italia o han visitado una gelateria italiana, es muy posible que el pistacho se encuentre entre los primeros puestos de su lista.
Este helado no contiene ni huevos ni nata o leche de vaca, por lo que es ideal para intolerantes a la lactosa y personas con alergia al huevo. Está hecho al más puro estilo tradicional siciliano, espesado con arrurruz (originalmente se utiliza maicena o almidón de maíz) en lugar de yemas de huevo, y su sabor rivaliza con los de los helados de las mejores gelaterias italianas. Es cremoso, con un intenso sabor a pistacho y una textura fina, suave y envolvente.
Además, te sorprenderá lo sencillo que es de elaborar, en especial si has preparado la pasta de pistacho con antelación.
A mí me encanta esta receta de helado de pistacho, es delicioso para tomarlo solo, o como acompañamiento a un brownie o tarta de chocolate negro.
Y de paso, si además podemos cerrar los ojos mientras lo saboreamos, para transportarnos a algún precioso rincón de Italia (¿alguien me acompaña a Cinque Terre?), disfrutaremos de una combinación casi perfecta.
- 500 ml de leche de coco
- 2 cucharadas soperas de harina de arrurruz
- 30 gramos de miel cruda o azúcar de coco
- 200 gramos de pasta de pistacho (receta más abajo)
- Una cucharadita de extracto de limón o zumo de limón
- Disuelve el arrurruz en 60 ml de leche de coco y reserva.
- Calienta el resto de la leche en una cazuela junto con el azúcar de coco (si vas a usar miel cruda, no la añadas en este paso). Cuando esté a punto de empezar a hervir, añade la mezcla del arrurruz y cocina durante unos 2-3 minutos a fuego lento, sin dejar de remover con una varilla.
- Retira del fuego, echa la mezcla en un recipiente y enfríala bien en la nevera, a ser posible durante toda la noche.
- Cuando se haya enfriado, añade la mezcla junto con la pasta de pistacho, la miel cruda y el extracto o zumo de limón en una batidora, y procesa hasta obtener una consistencia homogénea.
- Sigue las instrucciones de tu heladera para hacer el helado. También puedes hacerlo sin heladera siguiendo las indicaciones de este post.
- 160 gr de pistacho pelado crudo
- 5 o 6 cucharadas de agua caliente
- 1 cucharada de aceite de coco
- Una pizca de sal
- Pon agua a hervir en una cazuela, y cuando haya llegado a ebullición, blanquea los pistachos durante 1 minuto y medio.
- Cuela los pistachos y extiéndelos sobre un paño de cocina limpio. Dobla el paño y frota con las dos manos en un movimiento arriba y abajo, como si estuvieses pasando un rodillo, para quitarles la piel.
- Añade los pistachos, aceite, sal y una cucharada de agua caliente en una batidora potente. Procesa la mezcla, añadiendo el agua por cucharadas, poco a poco, hasta llegar a la consistencia deseada. Es posible que tengas que bajar la pasta de las paredes de la batidora varias veces.
- Transfiere la pasta a un recipiente y reserva en la nevera.