Hola, amiga y conocido. Hoy vamos a estudiar el modo de NO hacer un pastel de carne.
Ingredientes: Los que hayas visto por internet MÁS todo lo que te sobra en el frigorífico MENOS todo lo que no tienes en el frigorífico o en la cocina.
De este modo, si la receta original exige 1 cebolla grande para cuatro personas pero tú solo tienes 1/2 cebolla mediana, no te preocupes: echa lo que tengas. Si la receta sugiere 100 grs de tomate frito pero tú tienes una lata abierta con 250 grs, gramo más gramo menos, tampoco te estreses: tú échalo todo, que si no se pone malo. Es más, si la receta no dice absolutamente nada de unos “tallos de espárragos trigueros” que te han sobrado del día anterior, tú pasa y échalos, aunque no pegan ni con cola con la carne picada. Lo mismo cabe decir para las zanahorias.
Trucos: Quédate corto de sal, que la sal es mú mala pal cuerpo. Quédate corto de pimienta, que te se está acabando el bote. La comida no sabrá a nada, pero es mega-súper-sana, no lo dudes.
El puré de patatas que debe cubrir la carne: Admitámoslo, no has hecho puré de patatas en tu vida. Te sale demasiado grande, con demasiadas patatatas… Se va a “comer” el sabor de la carne. Pasa y échalo todo, que para eso te has molestado en cocinarlo.
Resultado: Un magnífico pastel de carne totalmente soso, sin ningún sabor. Si lo sirves a las 4 de la tarde, los comensales lo comerán porque están desmayaos. Si lo sirves a las 2 de la tarde, aún corres el riesgo de que te lo tiren a la cara o exijan un bocadillo a cambio. Tú verás.