Tenía yo por ahí unas peras que se iban a poner malas. Lo mismo aplicaba a unas patatas que, la verdad, ya empezaba a aborrecer en formato tortilla.
Me puse a pensar un ratito y llegué a la conclusión de que una patata y una pera tenían que cuadrar muy bien por el mero hecho de que las patatas ya no saben a absolutamente nada y las peras más o menos tampoco :)
Total, que me puse a mirar por internet y vi una receta muy interesante que era una lasaña de patata crujiente y pera. Dicho y hecho, haría eso pero en más contundente porque no se me sacia el estómago demasiado fácilmente.
El resultado es un plato excepcional, rico y diferente :)
El material usado:
- Horno
- Aro emplatador
- Cazuela
- Recipiente
- Colador
- Pelapatatas
- Papel de horno
- Rallador
Los ingredientes:
- Patata
- Huevo
- Harina de maiz sin refinar (la amarilla)
- Sal
- Nuez moscada
- Pimienta negra
- Comino
El proceso:
Lo primero que haremos será ir precalentando el horno a 180º. Lo siguiente, poner una cazuela con agua al fuego y dejar que hierva. Ahí echaremos las patatas cortadas muy finas (para que se hagan antes).
En el recipiente, mientras tanto, echaremos un huevo y un poco de las especias. Es importante no pasarse, porque si no aquello sabrá a rayos. Es una mezcla muy de Asia y que conjunta fenomenal, pero tampoco queremos tener todo el continente asiático dando botes en la tripa.
Cuando las patatas estén hechas (dos o tres de tamaño medio), las escurriremos con ayuda del colador y las mezclaremos en el recipiente, espachurrándolas con un tenedor.
Y ahora, cuando ya lo tengamos todo mezclado, miraremos cómo de líquido queda. Queremos que quede manejable y estable, una masa, pero sin que quede como si fuera una piedra.
Iremos echando harina de maíz poco a poco hasta que coja cierta consistencia no excesiva.
En una bandeja de horno pondremos papel de horno y el aro emplatador untado ligeramente de aceite. Con una cuchara rellenaremos un centímetro (cuanto menos mejor, más crujiente quedará) de masa y quitaremos el aro. Repetiremos hasta que acabemos con la masa.
El horno ya debería estar precalentado a estas alturas, así que meteremos la bandeja y lo dejaremos unos 20 minutos. Sacaremos la bandeja, daremos la vuelta a las tortitas y dejaremos otros 15 o 20 minutos (reitero lo de siempre: mi horno funciona muy "creativamente", así que no os fieis mucho de los tiempos que pongo) hasta que se vea que por fuera está dorado y durito. El resultado deberá ser una tortita compacta, tipo "pan" sin levadura.
No nos olvidemos de nuestra amiga la pera: deberemos pelarla y partirla en daditos.
La finalización:
Las tortitas las partiremos en dos mitades y las colocaremos artísticamente formando una especie de flor. Usaremos dos tortitas por persona.
La pera la dejaremos caer mucho más artísticamente desde el centro de la flor hacia afuera, como si fuera un derrame volcánico.
Finalmente, con nuestro rallador, espolvorearemos parmesano de una manera increíblemente artística para terminar de bordar el plato.
Consejos y apuntes finales del chef:
- El comino y la pera son una combinación casi mágica. Lo mismo aplica a nuez moscada, canela y comino. Si nunca lo habeis probado... hacedlo ;)
- Cuanto más finitas hagais los redondeles de masa de patata, menos tiempo necesitareis de horno.