La insuficiencia renal crónica es una enfermedad que comporta una pérdida lenta de la función renal, que va empeorando con el tiempo, durante meses o años. La progresión de la enfermedad puede ser muy lenta y no dar síntomas hasta que los riñones ya están muy dañados y han dejado de realizar su función: eliminar las sustancias de desecho y el exceso de agua del organismo. En las etapas finales de la enfermedad se hace necesario un programa de hemodiálisis (método artificial de depuración de la sangre) y del trasplante de riñón.
El filtrado gromerular (volumen de creatinina que se libera a la sangre a su paso por el riñón en un minuto) mide el estado de salud del riñón. A partir de que es inferior a 60 se considera una insuficiencia renal y la intervención dietético-nutricional es imprescindible para reducir las alteraciones biológicas provocadas por la incapacidad de filtrar de los riñones.
El tratamiento dietético consiste en el control de la ingesta de proteínas, de los minerales sodio, potasio y fósforo y en algunos casos también precisa controlar la ingesta de calcio y la ingesta de agua, para evitar su acumulación en sangre. Las modificaciones dietéticas se han de ir adaptando a la progresión de la enfermedad y a cada individuo concreto. Las recomendaciones que os ofrecemos a continuación son de tipo general. Los pacientes con insuficiencia renal crónica requieren de la intervención de un dietista-nutricionista.
PAUTAS DE ALIMENTACION PARA LA INSUFICIENCIA RENAL CRONICA
- Reducir el consumo de proteínas de origen animal (carnes, pescados, huevos y lacteos).
- Evitar la ingesta de frutos secos (almendras, avellanas, nueces, pistachos, etc.) y de frutas secas (dátiles, orejones, pasas, etc.)
- Reducir el consumo de sal y de alimentos ricos en sal (embutidos y quesos, sopas de sobre y pastillas de caldo, salsas comerciales, alimentos ahumados, alimentos enlatados y bebidas con gas). Para mejorar el sabor de los alimentos se pueden utilizar alternativas como el ajo, el laurel, la pimienta, el orégano, finas hierbas, comino, vinagre, o salsas caseras sin sal.
- Limitar el consumo de legumbres:(lentejas, garbanzos, guisantes, habas, judías blancas o pintas, etc.) a un plato de café una vez cocidas y como máximo dos veces por semana.
- Limitar el consumo de fruta y consumirla hervida como máximo una pieza al día.
- Solamente se podrán consumir verduras, setas y patatas cocinadas siguiendo las siguientes instrucciones:
- Cortar las patatas y verduras muy finas y pequeñas. Dejarlas en remojo durante 8 horas y cambiar el agua de remojo de vez en cuando.
- Retirar el agua de remojo
- Hervir en agua abundante durante 40 minutos cambiando a media ebullición el agua de cocción.
- Tirar el agua de cocción y servir.
De vez en cuando también se pueden utilizar legumbres, verduras o setas en conserva si se dejan en remojo 3 horas antes de consumirlas para eliminar el exceso de sal.
Estas recomendaciones son generales. Las personas con Insuficiencia Renal Crónica necesitan la intervención de un dietista-nutricionista que les adapte la dieta a nivel individual, a la evolución de la enfermedad, a la prevención de malnutrición, y al tratamiento de otras patologías que frecuentemente se presentan asociadas, como la diabetes tipo 2.
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