Este fin de semana visitamos Córdoba, situada al norte de Andalucía, bajo las faldas de Sierra Morena, es la ciudad de España con más declaraciones de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, concretamente tres: la Fiesta de los Patios, la Mezquita y el casco histórico. Cuenta con un ingente legado cultural y monumental. Su situación estratégica, cercana al río Guadalquivir, y la herencia de los distintos pueblos asentados en sus ricas tierras, la han convertido en un lugar privilegiado. Córdoba es una explosión de culturas e historia, cuna de grandes personajes históricos, destacando siempre con brillantez en ramas muy diversas como el arte, la filosofía, la arquitectura o la literatura.
No podíamos visitar Córdoba en otra fecha que no fuese mayo, su mes grande por excelencia.
El viernes por la tarde visitamos los Baños Árabes del Alcázar califal
A principios del siglo XX se hallaron los restos de unos baños árabes en el Campo de los Santos Mártires, que fueron soterrados. Posteriormente, en los años 60, un grupo de historiadores sacó a la luz dicha construcción, mostrando su gran envergadura.
Estos baños o hammam, contiguos al desaparecido Alcázar, posiblemente fueran los más importantes de la ciudad. Las abluciones y limpieza corporal constituían una parte esencial en la vida del musulmán. Eran preceptivos de la oración, además de constituir un rito social.
Realizados bajo el califato de Alhakem II, forman un conjunto de estancias con muros de sillería. Se cierran con bóvedas con lucernarios de estrella, soportadas por arcos semicirculares sobre capiteles y columnas de mármol.
Durante los siglos XI al XIII, fueron reutilizados por almorávides y almohades, prueba de ello son las yeserías talladas con motivos de ataurique y franjas epigráficas de la época que se guardan en el museo arqueológico.
Plaza Campo de los Santos Mártires, s/n
Cenamos en Bodegas Campos
Es una clásica taberna cordobesa con encanto. La zona de barra se acompaña con mesitas de madera con sus sillas de enea y un poyo con cojines de lona de talabartero. Los muros de la taberna albergan más de 100 imágenes y objetos con fotografías de fiestas flamencas, artistas, toreros, escritores, pintores… Carteles de feria y taurinos, trofeos, dibujos y recortes de prensa completan el mosaico con un conjunto de fuentes circulares de loza blanca. Como curiosidad, se puede hacer una pequeña visita a sus instalaciones.
Su carta contiene los mejores productos de la tierra y una gran variedad de platos tradicionales cordobeses. No podéis dejar de probar el salmorejo, los flamenquines de jamón, la tortilla de patatas, las berenjenas fritas y el rabo de toro… todo exquisito, una velada increíble.
C/ Lineros, 32
Nos alojamos en el hotel Hospes Palacio del Bailío 5*
El hotel está ubicado en el centro histórico de la ciudad califal. Fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento y representa una sabia combinación de historia, arte, bienestar, gastronomía y descanso. Dispone de un lujoso spa y una piscina al aire libre en sus jardines.
Calle Ramírez de las Casas Deza, 10-12
El sábado por la mañana visitamos los “Patios de Córdoba”
Durante los días que dura el concurso, los participantes abren de modo gratuito al público sus patios para que puedan ser visitados. Los barrios del Casco Histórico muestran sus tesoros a los visitantes, en un momento en que la profusión floral los convierte en auténticos jardines domésticos. Los Patios son Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, premiando especialmente la forma de vida que se desarrolla en ellos. Durante estos días la ciudad luce misteriosa, fresca, con olor a geranio y una luz multicolor.
Esta fiesta es algo vivo en la ciudad y distinguimos dos tipos de patio: unos de casa unifamiliar donde las estancias se distribuyen alrededor y que suele estar enclaustrado y el suelo es enlosado o de mosaico empedrado, y otro, tipo casa de vecinos desde donde se accede a las viviendas y que si son dos plantas se ve enriquecido el patio con balcones corridos, escalera y tejadillo.
En cuanto espacio físico incorporado a las viviendas, a través de la historia hemos podido conocer que existían ya en tiempos de los griegos. La influencia romana incorpora el agua en el patio y los árabes lo transforman en un lugar socializador.
La inmensa mayoría de las casas del casco histórico poseen patio y lo que el visitante puede observar es el fruto de años dedicados a plantar, colocar, regar, colgar y disfrutar tanto las plantas como el resto de elementos que componen un espacio de convivencia y de disfrute en el marco de la propia vivienda, y la generosidad de sus propietarios al compartir durante el mes de mayo su espacio con todos los vecinos y visitantes que quieran visitarlos.
El Palacio de Viana, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional y Jardín Artístico, es uno de los principales y la singularidad que le confieren sus doce patios hace que se le conozca como el Museo de los Patios.
Es todo un placer para los sentidos pasear por aquí en estos días de primavera y contemplar la belleza que encierran estos patios.
Durante nuestra visita podemos seguir conociendo el centro histórico de Córdoba, el barrio de la judería, la calleja de las flores, la Sinagoga…
Aperitivo en Mercado de la Victoria
El Mercado de la Victoria es el primer mercado gastronómico de Andalucía, constituye un espacio de disfrute en torno a la gastronomía y la cultura ubicado en la antigua Caseta del Círculo de la Amistad, una estructura de forja del siglo XIX.
El mercado ofrece en sus treinta puestos tanto productos frescos como productos listos para degustar y es posible encontrar lo mejor de la cocina cordobesa y española, argentina, japonesa, italiana… además de ibéricos, salazones, quesos, vinos… y todo en una ubicación inmejorable, en medio de los amplios Jardines de La Victoria, a un paso del casco histórico de Córdoba y del centro de la ciudad.
Paseo de la Victoria s/n
Comemos en El Churrasco
Situado a un paso de la mezquita y en plena judería, el Churrasco es posiblemente el restaurante al que no se puede dejar de ir. Es una casa que con los años se ha ido haciendo con los edificios cercanos, tanto es así que tiene hasta una hospedería con encanto con seis habitaciones. Este restaurante tiene como especialidad la carne a la brasa.
Su cocina ofrece productos de temporada, frescos y de primera calidad, tanto en carnes de vacuno, cerdo ibérico y caza, así como de pescados y mariscos, y las verduras siempre de la tierra, frescas y escogidas por el equipo de cocina. Hacen mucho hincapié en el aceite de oliva y ofrecen al cliente una carta con distintas marcas de oliva virgen extra para que escojan el que más les guste.
La carta no es fija, ya que la modifican periódicamente dependiendo de los productos del mercado cuidando siempre que todos ellos sean de la máxima calidad y frescura.
C/ Romero, 16
Por la tarde visitamos la Mezquita – Catedral de Córdoba
La Mezquita-Catedral de Córdoba es el monumento más importante de todo el Occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo. En su historia se resume la evolución completa del estilo omeya en España, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana. Es Patrimonio de la Humanidad.
La Mezquita está situada en el casco histórico de Córdoba. Entramos por la Puerta de los Deanes en la fachada oeste, y accedemos al Patio de los Naranjos que en aquella época era el lugar de las abluciones previas a la oración. Ahora tiene una fuente barroca y casi todas las palmeras han sido sustituidas por un centenar de naranjos unidos por acequias, olivos y cipreses.
Con 23.400 metros cuadrados, fue la segunda mezquita más grande del mundo en superficie, por detrás de la Mezquita de la Meca, siendo sólo alcanzada posteriormente por la Mezquita Azul de Estambul. Una de sus principales características es que el muro de la quibla no fue orientado hacia La Meca, sino hacia el sur. Tuvo tres importantes ampliaciones desde su construcción.
El primer espacio que nos encontramos en el interior es la Sala de la Oración con sus columnas y arcos y el suelo de mármol. Desde aquí, rodeando la catedral se pueden recorrer las distintas ampliaciones que tuvo la mezquita y que hoy conviven con capillas cristianas.
Lo más impresionante de todo el recinto son las 1.300 columnas de mármol, jaspe y granito, y los 365 arcos de ladrillo rojo y caliza amarilla que recorren las salas avanzando como en un paisaje de olas arquitectónicas. Estas columnas de la Sala de Oración son la imagen más universal de un templo que asombró a todos, incluso a los reyes cristianos que conquistaron la ciudad y se erigieron en defensores para que no se demolieran. Hacia el norte, la Mezquita se transforma en Catedral. Empezó a construirse en el siglo XVI y tiene una mezcla de estilos que van del gótico al plateresco, destacando el retablo Mayor y el Coro, y entre las capillas, destacamos la de san Bartolomé, donde yace el poeta Luis de Góngora.
El paseo nos lleva al lugar donde la Mezquita aún esconde dos tesoros: el Mihrab, desde el que el imán dirigía la oración, y la Macsura, su antesala, ambas exquisitas. La portada del mihrab y las cúpulas que lo preceden van recubiertas de mosaicos ejecutados por artesanos bizantinos. Como complemento al recorrido se pueden visitar los museos situados dentro del recinto.
A pesar de los avatares de la Historia, la antigua mezquita pervive en su esencia islámica. No obstante, se trata de un híbrido arquitectónico que sintetiza una buena parte de los valores artísticos de Oriente y Occidente. Desde esa perspectiva, la Mezquita-Catedral representa perfectamente la evolución de culturas en la historia de España.
Como muestra del “abrazo” de dos monumentos uno con otro, subimos los 203 escalones que llevan al campanario, la torre barroca que esconde en su interior el alminar de la mezquita.
Cenamos en Fusion by Sojo
Este restaurante – tapería presenta una cocina de mercado de base tradicional con toques de innovación en un marco incomparable a orillas del Guadalquivir, utilizan productos de primera calidad, muy buen ambiente y decoración en una de las zonas más privilegiadas de Córdoba. Tiene como jefe de cocina al chef José María González, discípulo de Ferrán Adrià y Juan María Arzak, por tanto no es de extrañar que este nuevo local de la Ribera nazca con la idea de marcar diferencia.
Es un local excelente, tanto para una cena como para tomar una copa, ya que el enclave privilegiado en el que se encuentra invita a que no queramos cambiar de local.
Enrique Romero de Torres, s/n
El domingo visitamos la ciudad de Medina Azahara y su Centro de Interpretación
Medina Azahara es la fastuosa y misteriosa ciudad que Abderramán III mandó construir a los pies de Sierra Morena, a ocho kilómetros de Córdoba capital. Encierra, incluso en su nombre, historias legendarias.
El Centro de Interpretación de Medina Azahara fue inaugurado en octubre de 2009 y tiene como objetivo, dotar al yacimiento arqueológico de Medina Azahara, de unos servicios acordes a su importancia histórico-artística.
Esta infraestructura está situada en las inmediaciones del yacimiento y se compone de un edificio de tres plantas, de las que dos son subterráneas. El centro fue proyectado por los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, y en 2010 se le concedió el Premio Aga Khan de Arquitectura.
Este prestigioso galardón internacional, creado por Aga Khan en 1977, se otorga a destacados proyectos arquitectónicos, urbanísticos o paisajísticos vinculados al mundo musulmán. El premio reconoce intervenciones de excelencia en los campos del diseño contemporáneo, la vivienda social, la conservación del patrimonio histórico o la protección del medio ambiente.
Los arquitectos han conseguido que el inmueble quede perfectamente camuflado en el paisaje. La funcionalidad y sencillez, no reñidas con la belleza, son otros de sus aspectos destacados. Una moderna infraestructura ideada para facilitar la comprensión y desarrollar al máximo la potencialidad del yacimiento, que está considerado uno de los principales sitios arqueológicos europeos de época medieval y que sólo esta excavado en un 11%.
Se trata de un edificio semienterrado de 7.300 metros cuadrados de superficie construida, muros de hormigón blanco visto, encofrado de tabla de madera, cubiertas de acero y patios de piedra caliza. El edificio incluye distintos espacios para el desarrollo de actividades de carácter cultural, didáctico y de conservación, como un auditorio, salas expositivas, bibliotecas, aulas, talleres, etc.
En cuanto a la ciudad de Medina Azahara, la tradición popular afirma que, autoproclamado Abderramán III califa en el 929 d.C., y tras ocho años de reinado, decidió edificar una ciudad palatina en honor a su favorita, Azahara.
La ciudad se dispone en tres terrazas rodeadas por una muralla, situado el Alcázar real en la más superior y la intermedia. Abderramán no escatimó en materiales para lograr el efecto buscado: la marca del poderoso reino que gobernaba. Ricos mármoles violáceos y rojos, oro y piedras preciosas, además del cuidado trabajo artesanal de los mejores canteros y las legendarias contribuciones bizatinas, ayudaron al encumbramiento del preciado proyecto.
Parte del alcázar tenía carácter público y era donde se sucedían las visitas oficiales. En la parte más alta se sitúa el Salón Alto, dispuesto en cinco naves con arcadas. Más abajo se encuentra el Salón Rico. La estancia se divide en tres naves con arcos de mármol rojo y azulado, siendo las laterales ciegas y abierta la central. La decoración de ataurique y la riqueza en los materiales han configurado el nombre del recinto, completado con baños y abierto al Jardín Alto. Un conjunto de calles en rampa nos conducen al gran pórtico oriental, por donde accedían las grandes embajadas que recibía el califa. A extramuros de la medina se emplazó la mezquita, levantada en poco más de un mes.
Este importante recinto sufrió grandes destrozos a través de las sucesivas guerras que asolaron al-Andalus a principios del siglo XI, transformando en ruinas la ciudad.