A pesar de que, en los dos años que llevo escribiendo aquí, siempre he defendido a Sylvester Stallone, regularmente me llegan comentarios acerca de que no valoro ese tipo de cine ni esa clase de actores. O yo me explico muy mal, o la gente realmente no lee los artículos y pasa directamente a las fotografías. Pero hablemos de Stallone. Ya en el artículo que escribí haciendo un breve repaso por las carreras de estas estrellas de acción, dije que había una serie de elementos que se repetían en casi todos los personajes que interpretaban, y en el caso de Stallone, siempre han sido héroes “con pasado” o fracasados e inadaptados en la vida que tienen que salir adelante como pueden. Esto me recuerda a un comentario que hizo alguien aquí y en el que decía que conocer la vida de los artistas nos ayuda a comprender su trabajo, ya que siempre hay un motivo para todo. Podemos conocer mucho de una persona viendo qué tipo de cine hace o consume, cómo habla, cómo escribe o a qué grupos de Facebook se une. En el caso de una escena determinante en Rocky Balboa, conocemos mucho no sólo de la entidad del personaje, sino también de la mano creadora que hay detrás de él.
Rocky trata de todas esas personas que estuvieron a punto de hacer historia, pero que no la hicieron, de los fracasados, de los que pierden y, lo más importante, siguen adelante. El propio Stallone tuvo que aguantar muchos rechazos en sus comienzos, pero él quiso ser un hombre de cine y es imposible negar que lo acabó siendo. Y en el vídeo que traigo a continuación queda muy claro lo que le motiva y lo que piensa sobre la vida.
“Nadie golpea más fuerte que la vida”
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