Pocas novelas han marcado tanto a la sociedad como “El Señor de los Anillos”, no solo se trata de un libro que a nivel narrativo es una obra maestra, sino que su publicación cambió el sector editorial para siempre.
J.R.R. Tolkien demostró a todo el mundo que cuando se une talento y esfuerzo solo se pueden crear cosas maravillosas. Un nuevo mundo, varias lenguas propias, linajes familiares que se remontan varios siglos y un sinfín de historias que sentaron un precedente sobre la forma de escribir de las siguientes generaciones de escritores.
“La Comunidad del Anillo” es la primera parte de lo que conocemos como “El Señor de los Anillos”, una historia bastante larga que se dividió en 3 partes como medida editorial para maximizar las ventas y llamar la atención de las personas que no están acostumbradas a leer novelas muy largas. Y es que, después de todo, ¿cuántos
somos los que leemos novelas de más de 800-1.000 páginas por norma general?
Otro de los motivos por los que se dividió en 3 partes fue para conseguir que el público más joven o sin mucho bagaje cultural pudiera asimilar de forma asequible la historia. No es lo mismo que a un niño le den un libro de 300 páginas que uno 4 veces más grande, algo que provocaría el rechazo de gran parte de la población.
No podemos olvidar que pese a tener la etiqueta de novela juvenil de fantasía, “El Señor de los Anillos” es un libro extremadamente complejo que se presta a varias lecturas. Es una novela que se disfruta de forma diferente con 10 años que con 25 y, si el lector se queda con ganas de más, tiene acceso a un universo extendido con numerosas obras como “El Silmarillion”.