Revista Cultura y Ocio
Te invitan al estreno de la última peli de Amenabar.
Quieres ir vestida para la ocasión.
¿Qué haces?
Te vistes de adefesio que da terror, causa inquietud y provoca dudas en el espectador. Y, por supuesto, de negro riguroso para camuflarte con el photocall.
¿Qué tenemos? Despropósitos a gogó.
Empecemos por el look "Ejecutiva agresiva de mentira". Serio, sobrio y discreto... pero de mentira. Los pies de hermanastra de Cenicienta embutidos en esos zapatitos de adorno obviamente no son de ejecutiva. Para mí que responden más a algo como "Necesito mucho tacón porque estos pantalones me arrastran por el suelo y no tengo tiempo, ni sé coger un dobladillo. No hay quién camine con estos zapatos pero ¡a quién le importa!"
Son unos zapatos curiosos, tienes que ir de puntillas para lograr ponértelos. Y seguro que lleva los dedos apiñados en la punta. Nada sexy.
Elena, Elena, Elena. Con lo fan que soy de ti y de lo guapa que eres. ¿Por qué te haces esto? ¿Por qué? Esa falda no le sienta bien a nadie, a nadie en todo el planeta. ¿Qué digo planeta? Ni en la galaxia. Es una apuesta de diseñadores borrachos a las 3 de la mañana. "Nos falta una falda. No se me ocurre nada. ¿Ponemos una cosa abullonada con la que no puedas sentarte, muy corta para que haga muslo columna hasta a las mejores piernas y en homenaje a mi abuela con el estampado de su sofá? No hay huevos"
Y eso es lo que llevas, una falda "no hay huevos" y unas sandalias de ir de puntillas pero con las alzas de Hermann Monster. Y no te creas que no me he dado cuenta de que no te has peinado.
Claudia Trisac va de triste. Tan de triste que "Tristeza" parece la flamenca de Whatsapp.
Silvia Abascal va de "Hola, soy tu madre y vengo de 1970 con el mono con el que fui a la boda de tu tío, de un bonito color verde "madre".
Ana Fernández con botines de pleno invierno a 26 grados en Madrid. Unos botines curiosos, son como la reinvención en macarra de las botas de Robin Hood. Son feos.
Marta, Marta, Marta. ¿En qué estabas pensando para vestirte de cueros? ¿Y esa chaqueta a lo Norma Duval con brilli brilli? ¿Y las sandalias? ¿Dónde acaba el pantalón y dónde empiezan las sandalias? ¿resbalaba mucho el cuero con la sudada que tuviste que pasar?
A Patricia Conde sencillamente no la veo...le pasa como al Gato de Alicia, sólo veo esa sonrisa tan natural. Como la del gato.
Norma va de "Hola, soy tu tía Puri y vengo también del pasado, de la boda de tu tío. Los monos eran tendencia, eran muy modernos. El abuelo me regañó por marcar canalillo"
¡Hola, soy Belén Rueda y soy tan estilosa que me puedo poner cualquier cosa!
Que alguien le diga que no.
Elena Ballesteros viene también del pasado. De un pasado hortera de bolera y macarrilla de los 80. Con el pelo sin lavar, el pintalabios puesto en el coche al aparcar y los zapatos de Norma Duval.
¿Soy yo? o ¿Ana Locking es clavada a Ana Belén pero sin disimular la frente? Me da ternurita porque yo también tengo ganas de estrenar la ropa invierno. Claro que yo tengo criterio y, como en Madrid hace 27 grados, no me pongo abrigo, ni cueros, ni zapato de invierno. Pero, claro, yo no soy diseñadora.
Si Katia se quita el zapato y te lo tira, te mata. No digo más.
A Isabel Jiménez no sé qué le duele más: la falta de riego sangüíneo en las piernas o los botines "de corte asimétrico" del horror que lleva, y que tienen pinta de apretar y dejar rozaduras.
Marta Larralde como los toreros, de capote y oro.
Sara Sálamo va de la Sofia Vergara patria, pero de garrafón y también viene un poquito del pasado.
Y María Teresa de abuela rokera, con ganas también de estrenar la ropa de invierno.
Dudo mucho que la película cause más terror que esto.