Yo Escribo 52 Historias
Semana 28
Matrimonio / Ojo
Eelynn Cuellar
Ojo Por Ojo
Yo lo que menos deseaba era un matrimonio, casarme no estaba en mis planes, no tener hijos. Mi carrera profesional era la prioridad, pero uno uno propone y Dios dispone, ok tampoco soy muy creyente de esto último, aunque el dicho así es.
Durante días tuve molestias y más en un ojo, imaginé que era el estrés y era la señal que mi cuerpo me estaba exigiendo bajarle un poco, pero una abogada de mi nivel no puede darse esos permisos y decidí ignorar los signos. Cómo sé podrán imaginar mi familia estaba lejos y no tenía amigos. Así que una mañana una gran mancha negra opacaba mi visibilidad y aún así me fui a trabajar, tenía una audiencia importante y no podía faltar, de lo que sucediera ahí dependería mi futuro para convertirme en socia. Y creo que lo siguiente es obvio, la cosa se puso peor a la mitad y ya no solo era un ojo, era en ambos, asustada interrumpí a su señoría y salí corriendo al hospital, imaginé el peor escenario y aunque no es mortal, la presión arterial la traía hasta las nubes y tenía derrames, incluso uno era tan grande que empezaba a tener desprendimiento de córnea.
Me vi forzada a tomar vacaciones para descansar y con medicamentos para ver si la sangre se absorbía antes de pensar en cirugía. Pasaron los días y no había mejoría...
Sabía que tenía que ir a mis citas con un acompañante, al dilatar los ojos, pues la visibilidad es casi nula por algunas horas, pero estando sola, mi única posibilidad era un lazarillo, y ahí me tienen haciéndome la fuerte y muy valiente decidí salir de la clínica a los pocos minutos después del láser, no veía casi nada e iba a tientas, por mala suerte aunque en realidad por fortuna me tropecé con un chico cuando salía a buscar mi Uber. Él muy amable y con preocupación decidió acompañarme a mi casa.
La verdad no sé cómo acepté, en realidad suelo ser una persona muy desconfiada, pero su voz —no tenía la menor idea si tenía semejanzas con Shrek, ya que no veía nada— me dio confianza.
Diría que fue amor a primera vista pero estaría mintiendo, fue amor a primera escuchada, ese día se quedó hasta que me recuperé y más tarde hablamos por teléfono. Así todos los días, se volvió una necesidad tenerlo cerca de mí. Se convirtió en mi amigo y me acompañó todo este tiempo en la recuperación que fue más tardada de lo que imaginé.
Seguí trabajando, pero llevaba mucho menos carga de trabajo, sabía que con esto mi posibilidad de crecer se evaporaba pero por primera vez no me importó y menos cuando me entregó el anillo y unos días después supe que estaba embarazada.
Y hoy, cinco años después de un matrimonio perfecto, con dos bebés hermosos en casa, sostengo en mis manos una nueva prueba de embarazo positiva.