Renovarse o morir

Hoooola de nuevo, gotucas y gotucos.
Tras un parón (y esperemos que sea por una buena causa) vuelvo con mi sección dedicadas a los FanFics y a todo lo que engloba. Concretamente hoy me gustaría hablaros de los personajes y, sí, parece algo obvio que, si vas a escribir un fic sobre una serie, película, libro, anime, etc. está más que claro cuáles van a ser los protagonistas, pero…
¿QUÉ PASA SI LOS PERSONAJES QUEDAN OBSOLETOS O NO CUADRAN DEL TODO PARA LA HISTORIA IMAGINADA?
Nada, no pasa absolutamente nada. Sin embargo, desde que llevo escribiendo y leyendo Fanfics, he caído en la cuenta de que no todos/as los/as autores/as están a favor de cambiar algún personaje, o incluso suprimirlo y, en su lugar, incluir a nuevos actores que den un toque más fresco y, sobre todo, fidedigno a la historia tal y como fue pensada. Un fic es, ni más ni menos, una historia creada por ti mismo a tu gusto teniendo por base una historia creada por otro/a autor/a.
Recalcando bien esta idea última, ¿por qué he de medir la inclusión o expulsión de determinados personajes para gustar al lector? Si piensas así, déjame decirte, amigo/a, que te equivocas muchísimo. Todos hemos visto o leído una historia y hemos pensado: “Ahhhh, ¡qué pena!, me hubiera gustado más si…”; y es aquí donde reside la belleza y la magia de los Fanfics, que todo esos gustos pueden ser plasmados y compartidos.
Volviendo al tema de los personajes, estoy totalmente a favor de la inclusión de nuevos actores que interpreten la trama, y lo he dicho anteriormente (pero me da igual repetirme) en la pluralidad de personajes y de sus formas de pensar, actuar y, en general, por cómo son en sí mismos, ahí reside la verdadera esencia de los fics. 
En mi opinión (y cualquiera que haya leído un fic mío lo sabe) esa historia es tuya, sólo tuya, y como propiedad que es, puedes hacer con ella lo que te plazca. En concreto, un personaje nuevo o la desaparición de uno o varios puede ser la clave para nuevas versiones, novedosas visiones y para dotar a la original de ese toque que, únicamente, le podrás dar tú. 
Es duro llegar hasta esta reflexión, lo digo sabiendo lo que es un las propias carnes, pero, cuando lo haces, te liberas y disfrutas más que antes. Así que: 
“Habrá gente que lo alabe y gente que lo odie, pero si eres capaz de cambiar una historia propia por miedo al lector, es que no vales nada como escritor”