Elia despierta en el hospital y no recuerda los tres días anteriores al accidente que sufrió en un taxi y que le ha llevado allí. Con la ayuda de su amiga Sue, su compañera de terapia Marion y Tommy, un estudiante de intercambio, intentará averiguar qué sigue a la frase misteriosa con voz de chico: “No puedo devolverte la canción, pero puedo enseñarse cómo bailan los peces”. Es lo último que recuerda.
Por otra parte un chico desconocido que se hace llamar Phoenix la ha agregado a Heartbits y ahora le manda mensajes bastante crípticos con citas famosas. Él parece saber muchas cosas sobre ella, pero ella no tiene ni idea de quién es Phoenix, y él se niega a confesar.
Así contado parece el inicio de una historia sobre ciberacoso, pero no. Sólo hay que sumar dos más dos para darse cuenta de que es una dulce historia de amor con amnesia de por medio. El interrogante para el lector, por tanto, es por qué Phoenix se niega a desvelar su verdadera identidad ante la desmemoriada Elia, y qué ha ocurrido en esos tres días que ahora están en blanco.
Este début a cuatro manos cuanta una historia sencilla, rápida y ligera, que da para dos hilos argumentales y no más: una novela muy corta. No obstante, al mismo tiempo detrás esconde una tarea de planificación y escritura impresionante, puesto que la acción sólo se puede contar a través de lo que los personajes se cuentan unos a otros después de que esta haya ocurrido.
Por esa inusual mezcla creo que Pulsaciones atraerá a lectores muy distintos: me parece ideal para recomendársela a adolescentes que no leen mucho por esa sencillez y rapidez. Por otra parte, la narración con mensajes de móvil es una curiosidad muy difícil de resistir para los lectores asiduos.
Una de las curiosidades del libro, y que era ingrediente seguro en una receta de estos dos monstruos del género juvenil, es lo que yo llamo “recomendaciones&citas”. Miralles y Ruescas recomiendan cine, música y literatura, y ofrecen citas varias, a través de Phoenix sobre todo, y de los aforismos budistas que hay al principio de cada día-capítulo. Por no hablar de la propia banda sonora del libro, de Nikosia, el grupo de Miralles, ¡con Javier Ruescas debutando como vocalista!
Sin embargo, como de Nikosia ya soy fan incondicional, quiero destacar la música de Regina Spektor, cuyo concierto es el último recuerdo de Elia. No metáis la pata y supongáis que es una cantante imaginaria que sale en Play, de Ruescas. No he leído la saga aún, pero lo supuse porque no sería la primera vez que Miralles entrecruza personajes de novela a novela, así que ¿por qué no? Pero existe. Y suena de maravilla, prueba es One more time with feeling, la canción favorita de Elia.
Lo mejor de la novela, y que además la convierte en un título “de preescripción” ideal para leer en las aulas de instituto, es el precioso mensaje sobre moralidad que esconde el final. Después de un argumento tan ligerito ese final es la explosión de emoción perfecta para enseñar que las diferencias no son tan importantes, y que levantarse después de caer no es una opción.
Además SM la ha envuelto en una edición rústica con solapas con un interior detallado para dar realismo a los mensajes de Hbits, ¡y una portada que es una delicia de diseño! ¿Lo mejor? Que han sido listos y han puesto un precio a la novela muy comprensivo: no tiene ni 200 páginas, así que vale unos diez euros: ¡no hay excusa para no llevártelo a casa! Es un regalo fantástico para las próximas navidades.
Soraya A. Z.
Con Pulsaciones me he reído, he disfrutado del misterio y del amor, me he emocionado y he aprendido. En apenas unas pocas horas de lectura, todas mis pulsaciones han ido al ritmo de estos dos fenómenos de escritores.Si quieres seguir leyendo, visita Librohólic@s. :)