Afrontar esta crítica es un reto para mí, verdadero fan y admirador de esta banda. Habrá que intentar ser objetivo, y dejar las emociones a un lado, con todas las dificultades que tiene ser objetivo con algo que verdaderamente le gusta a uno (léase cocina, escultura, literatura o lo que le ponga palote a uno).
Como una relación amor – odio, el dúo Gary Louris y Mark Olson se nos presentaron como los verdaderos iniciadores de la renovación del country – rock allá en los 90, con sus dos discos Hollywood Town Hall (1992) y su posterior Tomorrow the Green Grass (1995), enseñando que había más pasos que dar dentro del estilo de The Eagles, America, The Band o los Doobie Brothers. Este tándem, firmaba sus discos al igual que Lennon – McCartney hasta que
Tras tres álbumes sin Mark Olson llegó una breve e infructuosa reconciliación, poco inspirada y forzada. Está claro que sin química no hay reacción.
Y ahora nos han presentado este nuevo álbum en el que recuperan ese concepto de solidez y gusto exquisito de la banda. Se las saben y te hacen disfrutar. Vuelve el Gary Louris más puro, el que como en el jazz, olvidó la teoría musical country para volar libremente. Esperemos que sigan mucho tiempo por esta vía y no vuelvan a alejarse de ella.
Hay canciones realmente deliciosas, como “Lovers in the Sun”, “Isabel’s Daughter” e incluso algunas notas de psicodelia y nuevas vías para esta banda que, repito, viene del country y que toma los rumbos de R.E.M. y Wilco, sus compañeros en esta renovación. De nuevo, una vuelta de tuerca más y un brillante disco de una banda que en directo, además, lo bordan. ¿Ven? No he podido ser objetivo. Imposible.
Totalmente in love (8/10)
Nacho (Erasmus Arne Saknussemm).
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