Cuando me pasaron este disco para hacerle la reseña he de reconocer que a los pocos los minutos ya estaba completamente cautivado. Aunque el comienzo despista un poco, enseguida se da uno cuenta del nivel que tiene esta banda, desde un punto de vista armónico y arreglístico. En la segunda escucha ya uno aprecia que ese dominio de la técnica, además del talento natural, te lo da el escuchar muchas horas de música con los oídos bien abiertos. De esta manera, lo que encontramos es un álbum pleno de libertad. Libertad de hacer buena música sin caer en estructuras clásicas y con un tremendo buen gusto.
Pop – rock psicodélico en el que casan perfectamente los vientos con unos coros exquisitos, los teclados clásicos con quejíos y palmas flamencos, los duetos de guitarras con mil percusiones. Pese al importante peso específico de estos arreglos que citamos, prima siempre la melodía, que se desliza entre los huecos de manera muy efectiva. Además destaca el trabajo rítmico, con mil cambios de compás en el disco y me gusta especialmente el dominio de la dinámica, tan olvidado en la música de hoy día. Esos cambios de intensidad sonora, con idas y venidas tanto a nivel de intensidad como de la propia cantidad de instrumentos que interpretan, hacen que el oído disfrute de todos los matices.
De temas más serios e introspectivos a otra suerte de divertimentos y experimentaciones sonoras. Deben haberlo disfrutado de lo lindo en el proceso de grabación. “Funny Gee” es una experiencia maravillosa, una espiral que transporta. La juguetona “Pink Tones”, que tras dos minutos rompe en un rock americano setentero à la George Harrison. El psico – boguie de “The Seed”, también destaca, con un hammond brutal y un cambio de aires tex – mex absolutamente inesperado. “Russian Roulette”, mi favorita del álbum. No se puede describir, hay que oírlo.
En el panorama nacional y – aunque dicen que las comparaciones son odiosas -, me traen recuerdos a Señor Mostaza, otra banda de referencia dentro del pop – rock psicodélico nacional, también de una altísima calidad.
Poco más que añadir, sencillamente, disfruten con The Sleeping Philosophers, porque ciertamente se lo merecen.
Un completo viaje sonoro, les invito a una vuelta en el tiovivo de The Sleeping Philosophers.
Nacho (Erasmus Arne Saknussemm).