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Reseña El Manuscrito I: El secreto – Blanca Miosi

Por Perdidas Entre Páginas @LasPerdidas

El manuscrito I: El secreto, me ha recordado bastante a esa serie de Antena 3 a la que Mai y servidora estaban más que enganchadas y en la que salía nuestro amigo Yon. Ya no por el argumento, que también un poco, sino porque empieza siendo una cosa interesante y termina convirtiéndose en otra, no menos interesante, pero nada concordante con el inicio, es como si se le hubiera ido de las manos a la autora.

El manuscrito Nicholas Blohm, un escritor frustrado, encuentra cierto día en el parque un extraño personaje: un comprador-vendedor 'al peso' de libros usados. El hombrecillo reconoce a Blohm por haber leído de él un par de libros, y decide regalarle un manuscrito que extrae de la colección que guarda en una enorme bolsa negra de plástico. El escritor empieza a leerlo y advierte que se trata de un manuscrito especial. Cuando lo cierra desaparece la historia, es decir, todo lo que en él había escrito. Se desespera, pues su intención es apropiarse de la novela, y en medio de su ansiedad por encontrar respuestas decide buscar en Internet. Encuentra que los personajes que figuraban en el manuscrito sí existen, y que está ocurriendo justo lo que éste decía que iba a ocurrir. Para encontrar a los personajes de 'su novela' viaja a Roma, y de pronto se ve involucrado en la trama. A lo largo de la novela junto al personaje principal debe descubrir el secreto dejado por el conde Claudio Contini-Massera a su sobrino. Un secreto que, de llegar a revelarse, representa una gran fortuna, en una búsqueda que apela a la inteligencia de ambos: sobrino y escritor, y que los lleva a bibliotecas encadenadas, a las catacumbas de Armenia y a la isla de Capri. La historia transcurre en catorce trepidantes días.

Si conseguís esta novela tendréis entre manos una novela de suspense y misterio, una de las cinco novelas elegidas por los lectores de B digital para ser impresa en papel. Esta editorial me dio a elegir una entre las que habían publicado bajo este sello y yo, por la sinopsis, me decanté por esta.

En un principio mi elección me resultó más que buena: un tipo sentado en un banco al que le dan un manuscrito más que extraño, pues cada vez que cierra el cuaderno se encuentra con que la historia ha desaparecido y en su lugar haya las letras de otra novela cuando no está en blanco. Por ello, Nicholas decide no volver a cerrar el manuscrito (de ahí puede sacar una gran novela) pero se encontrará que no hace falta que tenga siempre las páginas abiertas, pues los personajes de la novela que aparece en ese cuaderno son de carne y hueso, y su historia más real que tú o que yo. Nicholas decide viajar a Roma y conocer a Dante, el protagonista del manuscrito, y acompañarlo en su aventura siendo uno más de ese borrador.

No negaré que la idea principal esté más que bien pensada y que la novela en sí está medida al dedillo en cuanto a trama y estilo: la trama engancha en la primera hoja y la narración ayuda a continuar leyendo, aún así he encontrado partes un tanto densas que me han llegado a cansar y he tenido que dejar la novela “por un rato” para que no me aburriera del todo, sobretodo con las “investigaciones” del pasado de algunos personajes, de esta manera la autora los define e incluye en la historia totalmente, pero me ha cargado en según qué ocasiones. Todos los personajes están ligados de algún modo y la autora ha querido explicarnos con pelos y señales la forma y el motivo por el que están unidos sus destinos.

Nicholas y Dante, quizá porque son los protagonistas, son los que más destacan, aunque es Dante el que más llama la atención, pues pasa de ser un personaje de novela dentro de una novela a ser un personaje de novela “a secas” y seguir siendo verosímil aún con ello e ir madurando con las páginas. Nicholas pierde fuelle a medida que avanza la lectura, y es que la historia se centra más en Dante y es él mismo el que cuenta todo.

Nicholas miró con desconfianza el manuscrito. Lo tomó, no parecía ser muy grueso, corrió las hojas con el pulgar izquierdo y luego abrió la primera página: «Sin título» decía en el centro. No era nada raro. A él siempre se le ocurrían los títulos al final. Pasó a la siguiente página y leyó el prefacio. Dejó de leer muy a su pesar, se giró hacia el hombrecillo y vio el lugar vacío. Había estado tan absorto en la lectura que no se percató de que se había ido. Dos arrugas cruzaron su frente que muy pronto se transformaron en profundas hendiduras entre las cejas. Acostumbrado como estaba a divagar, se preguntó si de veras lo había visto. No le quedaba la menor duda: tenía el manuscrito en las manos. Lo que acababa de leer le había gustado. Tenía los ingredientes necesarios para despertar la curiosidad desde el inicio. Sintió envidia de que fuera otro el de la idea. Dio una mirada más alrededor; pero solo vio los árboles meciéndose con levedad mientras dejaban caer las últimas hojas de otoño en una mañana calmada, sin los acostumbrados ventarrones que barrían el suelo formando remolinos dorados.

Dejó el banco y, con el manuscrito bajo el brazo, regresó a casa.

La autora ha sabido ligar lo que es el argumento del manuscrito con lo que es el argumento de la novela y una vez que el todo se convierte en uno, queda impecablemente sellado. Sabías exactamente en qué historia te encontrabas y no notabas nada exagerado el salto de “una dimensión a otra”.

Aún así, los elementos que se añaden de cara a media novela y hacia el final no me han cuajado demasiado con lo que esperaba del libro. Sí que es interesante, pero me resulta muy parecido a otras lecturas que he tenido entre manos. La idea de tener una historia dentro de otra historia, la parte más interesante de esta lectura, queda un tanto escondida bajo deseos de una eterna juventud, isótopos radioactivos e investigaciones genéticas llevadas a cabo por científicos de la época del nazismo y historias sobre el pasado de Dante y sus progenitores. Que ya es interesante, pero no me ha resultado tan interesante como si hubiera leído sobre eso desde un principio.

3 Una novela con un final que se veía venir, con algún que otro secundario que no viene a cuento y al que he encontrado de más, y un argumento que no está mal, pero que eclipsa a una idea que podría haber dado mucho más juego. Escrita, eso sí, con muy buen gusto y que termina “autoconclusivamente”… ¿qué dejará la autora para futuras entregas? Yo la verdad es que de momento, con esto me quedo; no quiero decir que sea mala, esta es una de esas novelas que disfrutarán muchos otros aunque a mí no me haya llegado a encandilar del todo y no le pongo menos nota por eso, porque sé que es buena e incluso gustará esa parte de argumento que a mi no me ha cuajado como debiera.

El manuscrito, tienda online

Calidad/precio no está nada mal, ¿qué os parece esta lectura?


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Por  Blanca Miosi
publicado el 02 septiembre a las 19:12

Muy amable, por leer y comentar mi libro, Paperblog.