1945. Maddie, Ellis y Hank son jóvenes de la clase alta, despreocupados y egocéntricos. Los tres viven sin seguir normas de ningún tipo, haciendo lo que les apetece en todo momento, emborrachándose cada noche y escandalizando a todos los que les rodean. Cuando su última travesura les mete en serios problemas, el problemático trío decide viajar a Escocia en busca del monstruo del lago Ness... para devolver así el honor a la familia de Ellis. Allí se alojarán en una humilde posada, donde Maddie conocerá de primera mano el verdadero significado de la amistad y el amor mientras se replantea el significado de su vida y su matrimonio con Ellis.
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El agua de la vida es la última novela de la escritora de Agua para elefantes, uno de mis libros favoritos desde que lo leí cinco años atrás. A pesar de lo mucho que me gustó, no volví a leer nada más de la autora, creo que porque sus otras historias no me llamaron suficientemente la atención, hasta que descubrí que había vuelto a adentrarse en el mundo de la ficción histórica con esta novela. Aun así, empecé este libro con cautela, ya que las opiniones eran dispares cuanto menos.
Y es que, El agua de la vida, es un libro bastante peculiar. Si lees su argumento sin adentrarte en su trama, es posible que no le encuentres ningún sentido. Para empezar, lo de buscar al monstruo del lago Ness es a todas luces una decisión absurda y por momentos estúpida (los protagonistas deciden viajar a Europa en plena guerra), aunque después ni siquiera tiene la importancia que parecía en un principio. Porque la historia que se esconde tras estas páginas empieza con la aventura de tres protagonistas para después centrarse casi exclusivamente en Maddie y su vida en la posada.
Hablemos de Maddie. Maddie es un personaje que me ha gustado bastante, sobre todo porque es el arquetipo de personaje que aprende y evoluciona gracias a todo lo que le sucede. Empieza siendo una chica mimada y algo tonta que solo piensa en pasárselo bien pero sus acciones en la posada compensan casi todo lo anterior. Ese es uno de los puntos fuertes de la novela.
Mi parte favorita, sin embargo, ha sido la ambientación. Tanto la época como el lugar, me han parecido maravillosos. Hay algo en este tipo de historias de gente sin nada en común, reunida en un mismo lugar, desconocidos ayudándose entre sí, amistades improbables que terminan significándolo todo. Añade un poco de folklore escocés y un toque misterioso y ya me tienes ganada.