Jamie sabe que lo que está haciendo es un pecado, o cuanto menos, algo que haría enfadar muchísimo a su padre si llegara a enterarse: se ha hecho amigo de una niña musulmana, Sunya. Él, que sabe que todos son terroristas y asesinos; que ha visto cómo, por culpa de una bomba en Londres, su hermana mayor, Rose, moría y su familia se rompía en mil pedazos. Él, que ha tenido que mudarse a un pueblo lejos de la ciudad con su padre y su otra hermana mayor, Jas, mientras su madre se quedaba en la ciudad con su nuevo novio para olvidarse de la tragedia… Definitivamente, aquello está mal. Sin embargo, a sus diez años, Jamie es incapaz de ver a Sunya como a un enemigo. Con ella se lo pasa bien, se divierte y se ríe. Es simpática, tiene unos grandes ojos que no dejan de buscar respuestas y una sonrisa que le hace sentir cosquillas en el estómago. ¿Por qué su padre no puede intentar comprenderlo? ¿No será que los adultos están equivocados? ¿Y si… y si no todos los musulmanes son como los que le quitaron la vida a su hermana?
Esta es la premisa con la que arranca Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, de la inglesa Annabel Pitcher. Una novela que, según cuenta su autora, fue calificada de "comercialmente catastrófica" por el primer agente literario al que se la envió. A día de hoy, la historia ya ha cruzado las fronteras de Inglaterra y está en trámites de publicación en casi una decena de países. En España, Siruela lo ha puesto a la venta en su colección adulta Nuevos tiempos.
El libro, publicado originalmente en un sello juvenil, nos presenta a un protagonista cuidado: un niño curioso, fuerte y a la vez inocente, que no deja de descubrir nuevos aspectos de la realidad mientras va madurando. La voz de Jamie tiene gancho y es divertida, y el personaje empatiza enseguida con el lector, sea de la edad que sea. Su carácter abierto y optimista nos arrastra por la cadena de acontecimientos con una sonrisa en la cara y la esperanza de un futuro mejor. No estamos ante una novela llena de escenas dramáticas, donde no podremos dejar de llorar. Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea está escrita con el corazón y con el coraje de alguien que ha sabido sacar lo más brillante de la situación más oscura. Con Jamie nos reímos, nos emocionamos y, sobre todo, aprendemos. Además, el estilo de la autora, que incluye los diálogos en el texto, agiliza aún más la lectura. El resultado brilla con luz propia y es un claro ejemplo de los nuevos crossovers que harán disfrutar tanto a jóvenes como a adultos.