Revista Cultura y Ocio

Reseña literaria Si no despierto, Lauren Oliver

Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial SM
Si no despierto Lauren Oliver

Samantha tiene un accidente de coche cuando vuelve con sus amigas de una fiesta pero, en lugar de morir, revive el mismo día una y otra vez. El primer doce de febrero es un viernes como otro cualquiera, en el que Sam va al colegio y se va encontrando con una serie de personajes (amigos, familia, profesores) en quienes se apoya para contar los episodios más significativos de su vida. Por la noche tiene el accidente, pero de pronto se despierta desorientada, mira el despertador y ve que es doce de febrero: el día empieza de nuevo. Lo mismo le ocurre una y otra vez. Cada día intenta cambiar las cosas, evitar el accidente, y mientras tanto reflexiona sobre su vida y trata de mejorarla.

Lauren Oliver decide tomar este hecho inverosímil como punto de partida para ofrecernos un libro doblemente innovador: por un lado, Sam, una chica popular y un poco frívola, descubre lo erróneo de su comportamiento y aprende a solucionarlo no con el paso del tiempo (como suele ocurrir), sino viviendo siempre el mismo día. Por otro, el lector conoce a los personajes no por su evolución a lo largo de la novela, sino por su manera de reaccionar ante el comportamiento de Sam, que varía cada día. De este modo la autora nos cuenta una historia que es la misma de siempre, pero de una forma nueva, más directa, más clara y mucho más impactante.

Los personajes se han elegido con cuidado: todos tienen trascendencia en alguno de los doce de febrero que Sam vive, aunque en el primero sólo los mencionara. Los protagonistas resultan cercanos y sorprendentemente reales, aunque los secundarios son bastante planos porque sólo tienen importancia por su papel en determinado momento de la historia (al fin y al cabo, esto es un libro suelto y no una saga como es habitual últimamente).

La novela está muy bien escrita, es rica en imágenes y transmite muy bien las sensaciones. En contra de lo que pueda parecer, la historia no resulta repetitiva. ¿Alguna vez has pensado “si pudiese volver a vivir ese momento, me comportaría diferente”? Sam tiene esa opción una y otra vez y es fascinante ver cómo las aprovecha. El texto es ágil, coloquial y sincero, sin ser vulgar ni facilón en ningún momento. La traducción y la edición son perfectas, como es habitual de mano de SM: da gusto leer un libro sin erratas, sin expresiones anticuadas y con un exterior diseñado con cariño.

Es decir: un argumento prometedor, unos personajes originales, un texto bien escrito y además una historia autoconclusiva. Aunque, probablemente, lo mejor del libro sea su planteamiento: después de leer el resumen, ¿no estás deseando saber cómo acaba?


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