Algo está cambiando en el panorama de las editoriales especializadas en literatura juvenil de nuestro país. Si en el número anterior reseñabamos el cómic de Memorias de Idhún, publicado por SM, hoy toca abordar otro ejemplo más, en este caso de Edelvives. Y es que se puede decir más alto pero no más claro: el cómic está de moda. No es la primera novela gráfica que edita Edelvives, camino que ya inició con Futuros peligrosos, adaptando también tres cuentos de una autora de la casa como Elia Barceló. En este caso, el elegido es un clásico entre los clásicos: Edgar Allan Poe. Tres de sus truculentas historias han sido plasmadas en viñetas: Manuscrito hallado en una botella, El barril de amontillado y la famosísima El gato negro.
Una de las principales críticas a esta novela gráfica es su portada, bastante poco atractiva y nada llamativa, algo que cambia en cuanto se echa un vistazo a cualquiera de las páginas interiores. El dibujo del francés Xabier Besse, conocido también por su faceta como ilustrador, es notable en su dominio del blanco, el negro y los grises, tonos muy adecuados para las historias siniestras que aquí se cuentan. Es un estilo de cómic realista, con rostros muy expresivos, con páginas bien planificadas y una narración fluida que ayuda a acercar la obra de Poe a jóvenes lectores.
De estas tres historias destacamos El barril de amontillado, la mejor resuelta gráficamente, con la única pega de los fondos venecianos del principio de la historia (se nota demasiado que están basados en fotografías reales); pero, una vez que los dos personajes se adentran en las catacumbas para resolver su venganza personal, surgen las mejores páginas de este tomo.
Una lectura trepidante por lo más oscuro del alma humana, de la mano del maestro Poe. Y si queréis más historias de asesinatos, traiciones, venganzas y arrepentimientos, siempre podéis acudir a los relatos originales.