Revista Cultura y Ocio

Reseña literaria Tú, Charles Benoit

Por Eltemplodelasmilpuertas @Templo_Revista
Editorial Noguer
Tú Charles Benoit

La juventud nunca ha estado más preparada que ahora, ni las comunica­ciones tan desarrolladas. ¿Por qué, en­tonces, el sentimiento de soledad y des­amparo es más grande que nunca? ¿Cómo se ha llegado a semejante depresión glo­bal, cuando las cosas se suponía que no podían ir a mejor?

Igual que Stéphane Hessel hace con ¡Indignaos!, un texto breve que ha sacu­dido a la sociedad francesa y se propo­ne hacer lo mismo con la española, , una novela del norteamericano Charles Benoit, señala con inquisición al lector y lo abofetea con una descripción nada edulcorada del mundo en el que vivimos, y del que somos demasiado culpables.

La novela acompaña a Kyle duran­te unos días decisivos de su vida, aun­que él no puede imaginar lo que está por ocurrirle. No es que las cosas le vayan bien, sino que hace tiempo que apren­dió a convivir con sus miserias: aborrece a los colegas, la relación con la familia tampoco es para presumir y el institu­to lo saca de sus casillas. Los profesores lo encasillaron en el grupo de los malos y no puede hacer nada por salir de ahí. Aunque se esforzase, los resultados se­rían los mismos.

Por eso, cuando el nuevo chico de clase lo trata con naturalidad, tiene la esperanza de que su vida pueda mejo­rar. Sin embargo, la sociedad no olvida, y cuando decide que Kyle ya ha llegado demasiado alto, no lo dejará subir más. Si todos le cortan el paso, será imprede­cible acertar por dónde saldrá.

No leas este libro si buscas algo di­vertido. es una historia dura, con pá­ginas que se pasan a toda velocidad pero dejan huella, y un protagonista con el que es muy fácil identificarse, incluso en sus peores decisiones. El instituto no es como los de las series de televisión, y se agradece, aunque duele admitirlo, esta visión pesimista de la vida escolar, que se ajusta mucho más a la realidad. Charles Benoit ha puesto el dedo en la llaga con esta novela comprometida. De ti depen­de que la herida sane o sangre un poco más.


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